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La nacionalización y creación de nuevas industrias como parte del Modelo Económico Social Comunitario Productivo
- Planta de Urea - |
Por: Omar Velasco Portillo
Bolivia 14/10/2013.- Durante la última semana han surgido nuevos ataques a los fundamentos del nuevo modelo económico boliviano, lo que deja en evidencia que mientras más se acercan las elecciones, la carrera por desprestigiar los resultados económicos del gobierno de turno se hace más latente. Por un lado, se critica los avances en el proceso de industrialización y cambio de la estructura productiva. Pero los más arriesgados se han dirigido a cuestionar la calidad de crecimiento económico creando paradojas que ni ellos mismos son capaces de resolver. En este artículo haré referencia a algunos de esos puntos.
En un artículo denominado “economía de campaña”, su autor realiza subjetivaciones a los anuncios realizados por el gobierno sobre la construcción de una empresa cementera en Oruro, el acercamiento con una empresa china para explotar el Mutún, la compra de un equipo de perforación para YPFB y otros emprendimientos mineros. El opinador polemiza dichos comunicados entrando a un juego del cual él mismo sugiere salir, demostrando la incoherencia de su propio mensaje.
Al respecto, el autor que cuestiona el potencial gasífero del país debería estar mejor informado sobre las actuales disponibilidades de gas natural que, según la fuente oficial, su suministro está garantizado hasta el 2025 y la empresa total dio a conocer nuevos hallazgos por 3 TCF. Un análisis más imparcial de la actual situación del proceso de industrialización le obligaría siquiera a su redactor mencionar la puesta en funcionamiento de la planta Río Grande, que actualmente exporta sus excedentes de GLP a Paraguay y la de Gran Chacho que ya tiene un avance de obra de 60%, la inauguración de obras de la planta de úrea y amoniaco que se tiene previsto esté lista para el 2015 o la retoma de operaciones del complejo metalúrgico de Karachipampa que fundirá metales en los próximos meses, por citar algunos ejemplos, y desmintiendo de esta manera, el afamado término de economía “primario exportador” de la cual la intelectualidad de derecha se ampara.
También me quiero referir a un artículo publicado hace dos semanas en un sitio web boliviano en el cual a partir del concepto de “economía de base estrecha” desarrollado por el PNUD en 2005, el opinador pretendía extrapolar implicaciones sobre el desempeño económico actual, calificando el crecimiento económico de bajo y volátil, con una industria manufacturera incipiente y de baja productividad, poca inversión productiva, importaciones concentradas en bienes de consumo, exportaciones con escaso valor agregado, alta informalidad con desigualdades crecientes en las regiones que empeoran la distribución de los ingresos, con un gasto social y de infraestructura de poco impacto en el crecimiento y donde los excedentes no se destinan a generar más empleo.
Lo anterior da a entender que aparentemente el autor desconoce del crecimiento sostenido y estable de los últimos 7 años de, en promedio, 4,8% y que en el primer trimestre de 2013 la producción creció por encima del 5,5% esperado, gracias a un sector industrial que se expandió 5,82%, y que permite que Bolivia dispute los primeros lugares del ranking de crecimiento sudamericano. Por otro lado, el consumo ya no es el principal componente de las importaciones, porque los bienes de capital y bienes intermedios adquirieron mayor dinamismo resultado del proceso de industrialización que viene atravesando Bolivia. Asimismo, las exportaciones de manufactura desplazaron a las exportaciones de minerales en 2012, alcanzado un nivel de $us3.270 millones, es decir, 27,79% del total vendido y demostrando en pocos años cambios importantes en la composición de las ventas externas.
Otro dato fallido, son los constantes cuestionamientos al gasto social y de infraestructura, mismos que gracias a la reorientación de la política fiscal se han privilegiado y son buena parte de la explicación de la reducción notable en los indicadores de pobreza. Finalmente, le ayudaría al comentarista –a fin de mejorar su análisis- tomar mayor nota sobre los fundamentos teóricos del Nuevo Modelo Económico Social, Comunitario y Productivo boliviano que utiliza los excedentes de la economía para diversificar la matriz productiva y generar mayor empleo, hecho que se vé consumado en la reducción continua en la tasa de desempleo que a 2012 llegó a 3,2%.
Finalmente, otro de los artículos que llamó mi atención fue aquel de las “burguesías cholas y cunumis” en el cual se devela un total desconocimiento sobre la realidad económica de las familias bolivianas. Las burguesías collas, para sorpresa del opinador, han existido siempre a espaldas de los gobiernos neoliberales e invisibles a los teóricos convencionales que dividen el mundo entre mercado y Estado. La acumulación de riqueza, vía la actividad comercial, data de los años posteriores a la relocalización de los más de 50.000 mineros que fueron despedidos por programas de ajustes estructurales. Fruto del despojo de los medios de trabajo se fue rearticulando la masa laboral en microscópicos segmentos dedicados al comercio provenientes en su mayoría de la región de los andes y obligados a migrar a otras partes del territorio nacional y a convivir con esa lógica de mercado de la cual la corriente intelectual de derecha es más que responsable. Por su parte, el modelo económico boliviano establecido en la Nueva Constitución del Estado no es excluyente y reconoce formas sincretizadas de la formación económica social boliviana a diferencia del modelo neoliberal -que como su defensor lo señala- niega la existencia de paradigmas distintos al mercado, porque su adoctrinamiento es unilateral y escaso en ideas nuevas y propias.
Los cuestionamientos al modelo económico boliviano nombrados en esos y otros artículos con ideas prestadas como la hipótesis falsa del crecimiento de base estrecha, bonanza extractivista u otras transfiguraciones que les antecedieron como la maldición de los recursos naturales, la reprimarización, la enfermedad holandesa secunda tantas otras acometidas realizadas en años anteriores por los tradicionales comentaristas económicos del país que menoscabaron todo intento por desarrollar una estrategia de crecimiento de largo plazo para el país y ante tal fracaso ahora se dedican a desprestigiar el nuevo paradigma económico boliviano, cuyos resultados no son reconocidos.
Habría sido por demás provechoso para el debate de ideas que esa capa de libre pensantes, algunos de ellos ex funcionarios de gobierno ahora auto denominados analistas, atrincherados en su mayoría, en los rincones universitarios del país, en lugar de seguir asumiendo una posición pasiva, criticona y hasta cómoda, hubiesen trabajado en la teorización de un modelo económico propio, alternativo y viable para Bolivia, sin tener que recurrir a sus viejos manuales de texto de economía y/o tener que citar incansablemente conceptos prestados de organismos e instituciones internacionales.
No cabe duda que la lucha intelectual ha comenzado y la derecha neoliberal está organizada y dará dura pelea durante el 2014. Bolivia cuenta con un modelo de crecimiento y desarrollo económico original, construido por los propios bolivianos y sin la injerencia de organismos internacionales, es menester salir en defensa del nuevo paradigma económico boliviano.
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