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martes, 29 de octubre de 2013

Lo nuevo del Nuevo Modelo


Por: Katherine Hinojosa Virreira
En una reciente entrega el economista Gonzalo Chávez (Página Siete 20/10/2013) hace una pregunta: ¿Qué hay de nuevo en el modelo económico implementado desde 2006? Sin embargo, cuando uno esperaría una respuesta propia de un académico lo que encuentra en el texto es una profesión de fe. En efecto, no es a la realidad a la que se recurre para comprobar las hipótesis sino a creencias del mencionado economista.

Para Chávez nada ha cambiado: “El fisco recauda mucho más que en el pasado debido al incremento sustancial de los precios de los recursos naturales”. Si se analiza la composición de las recaudaciones tributarias no es eso lo que ha ocurrido. En 2012, éstas llegaron a Bs49.764MM, de las mismas el Impuesto Directo a los Hidrocarburos (IDH) llega a Bs12.111MM, el grueso de las recaudaciones (76%) corresponde a impuestos como los establecidos al valor agregado, transacciones o utilidades, que en la mencionada gestión llegaron a Bs37.563MM. Por tanto, actualmente el fisco no depende de la venta de materias primas.

No ver esta realidad lleva al economista a preguntarse: ¿Aumentó el universo de contribuyentes que pagan impuestos? No (responde). Lo cual es falso. Conforme a datos del Servicio de Impuestos Nacionales (SIN) disponibles en su página web, en 2005, el número de contribuyentes llegaba a 211.519, mientras que a septiembre de 2013 llega a 383.932, es decir se presentó un crecimiento de 81% en 8 años. ¿Muestra esto que el número de contribuyentes no aumentó? Por supuesto que no, pero ese es un dato que no importa cuando se busca justificar un dogma.

Empero, es en el análisis de la política monetaria cuando la realidad es rechazada olímpicamente. Chávez indica “se siguen acciones tradicionales para mantener la estabilidad del boliviano” y en “materia cambiaria, el bolsín, instrumento creado por el neoliberalismo, sigue operando de manera eficiente”. De esta manera, con un trazo se borra toda la historia de la bolivianización. Intencionalmente el columnista no menciona la cuestión de la dolarización, pues si la mencionase podría comprender que antes de 2005, simple y sencillamente, ¡No había política monetaria! Porque el Banco Central no tenía control sobre la cantidad de dinero en circulación en la economía dada la alta dolarización que superaba el 95%. Aspecto que, curiosamente, era bien explicado en clases por el profesor Chávez. En cambio, en la situación actual, con un 86% de bolivianización, el Banco Central si determina la cantidad de dinero en circulación y tiene un alto grado de control sobre las tasas de interés ¿No es esto un cambio sustancial?

Cuesta creer que exista gente que todavía crea que el bolsín funciona todavía, que en su concepción original se diseñó como un mecanismo de subasta en la que oferentes y demandantes determinaban el precio del dólar. Bajo ese esquema duro más o menos 4 meses. A partir de ese momento fueron los propios neoliberales los que advirtieron el peligro de dejar que el mercado defina el tipo de cambio y rápidamente asumieron un mecanismo de “flotación sucia” al principio y luego simple y llanamente el Banco Central definía el precio del dólar. Y actualmente es más claro el tema porque el bolsín se ha convertido más en un mecanismo de entrega de dólares, que ya casi nadie usa como puede comprobarse viendo la pizarra del BCB.

Es útil debatir la cuestión de si hay o no un nuevo modelo económico en Bolivia, sin embargo, es aconsejable que tal debate se haga sobre bases empíricas, hacerlo sobre supuestos no ayuda a avanzar y en todo caso sólo sirve para atrapar a ingenuos ansiosos por creer que “nada ha cambiado”.

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