Por: Omar R. Velasco Portillo
Después que el presidente Evo Morales anunciara el pago de dos aguinaldos a los trabajadores del sector público y exigiera similar tratamiento al sector privado, algunos comentaristas económicos en franca posición especulativa y por demás irresponsable, mediante un análisis de aritmética básica pretenden alarmar a la población anunciando que la inflación podría dispararse y llegar a una cifra de dos dígitos este año, por la mayor inyección de dinero a la economía.
No obstante, lo que estos analistas desconocen es el actual nivel de la liquidez del sistema financiero, las políticas del Ministerio de Economía y Finanzas Públicas y el Banco Central de Bolivia (BCB) llevadas adelante durante todo el presente año para garantizar la estabilidad de precios y la capacidad de ahorro de la población. En este artículo quiero referirme a dichos puntos.
El actual nivel de liquidez del sistema financiero en moneda nacional desde principios de año se ha reducido cerca de la mitad desde Bs 11.000 millones a Bs 6.000 millones. La inyección marginal de liquidez con el segundo aguinaldo será aproximadamente de Bs 1.000 millones con lo cual, los recursos en poder del sector privado ascenderían a poco más de Bs 7.000 millones, nivel cercano al promedio de la liquidez observado en el año de Bs 6.557 millones.
Asimismo, como indica el Informe de Política Monetaria del BCB, la autoridad encargada de regular la liquidez de la economía, continúa con una política monetaria contractiva. Durante todo el presente año, estas acciones permitieron la absorción de más de Bs 8.000 millones mediante todos sus instrumentos de regulación monetaria.
Pero mayor importancia tiene el hecho de que más del 50 por ciento de la inflación en Bolivia, correspondiente a este año y concentrada en los meses de agosto a octubre, responde a efectos climatológicos producto de rigideces en la oferta de alimentos, característica estructural de los países en vías de desarrollo como teorizó en su momento la Cepal y no a presiones de demanda provenientes de la emisión de más dinero cuya tasa interanual de 10 por ciento fue menor que el crecimiento de precios y la actividad real.
Por otro lado, es un error suponer que mayor ingreso implica necesariamente mayor consumo más aún cuando éste tiene un carácter transitorio. La teoría friedmaniana del ingreso permanente (pilar del enfoque neoliberal) asegura que un cambio en el componente transitorio de la riqueza no humana de las familias no altera el consumo privado.
Asimismo, los criterios de los opinadores desconocen el aumento en la capacidad de ahorro de las familias bolivianas. Los depósitos en el sistema financiero en promedio registraron un valor de $us 9.050 millones en el periodo 2006 – a octubre 2013, frente a $us 3.848 millones en el periodo 1998-2005, reflejando un crecimiento sustancial de 135 por ciento de periodo a periodo. Tan solo este año, los depósitos del sistema financiero han crecido más de Bs 11.000 millones. Estos aspectos implican que la propensión marginal al ahorro de los hogares bolivianos también ha aumentado y que por tanto la mayor parte de estos recursos estarán dirigidos a engrosar la riqueza financiera de las familias y no el consumo.
En resumidas cuentas, el doble aguinaldo no afectará el nivel de precios sino el nivel de ahorro profundizando la redistribución de los ingresos y la mejora en el bienestar de los bolivianos.
No obstante, lo que estos analistas desconocen es el actual nivel de la liquidez del sistema financiero, las políticas del Ministerio de Economía y Finanzas Públicas y el Banco Central de Bolivia (BCB) llevadas adelante durante todo el presente año para garantizar la estabilidad de precios y la capacidad de ahorro de la población. En este artículo quiero referirme a dichos puntos.
El actual nivel de liquidez del sistema financiero en moneda nacional desde principios de año se ha reducido cerca de la mitad desde Bs 11.000 millones a Bs 6.000 millones. La inyección marginal de liquidez con el segundo aguinaldo será aproximadamente de Bs 1.000 millones con lo cual, los recursos en poder del sector privado ascenderían a poco más de Bs 7.000 millones, nivel cercano al promedio de la liquidez observado en el año de Bs 6.557 millones.
Asimismo, como indica el Informe de Política Monetaria del BCB, la autoridad encargada de regular la liquidez de la economía, continúa con una política monetaria contractiva. Durante todo el presente año, estas acciones permitieron la absorción de más de Bs 8.000 millones mediante todos sus instrumentos de regulación monetaria.
Pero mayor importancia tiene el hecho de que más del 50 por ciento de la inflación en Bolivia, correspondiente a este año y concentrada en los meses de agosto a octubre, responde a efectos climatológicos producto de rigideces en la oferta de alimentos, característica estructural de los países en vías de desarrollo como teorizó en su momento la Cepal y no a presiones de demanda provenientes de la emisión de más dinero cuya tasa interanual de 10 por ciento fue menor que el crecimiento de precios y la actividad real.
Por otro lado, es un error suponer que mayor ingreso implica necesariamente mayor consumo más aún cuando éste tiene un carácter transitorio. La teoría friedmaniana del ingreso permanente (pilar del enfoque neoliberal) asegura que un cambio en el componente transitorio de la riqueza no humana de las familias no altera el consumo privado.
Asimismo, los criterios de los opinadores desconocen el aumento en la capacidad de ahorro de las familias bolivianas. Los depósitos en el sistema financiero en promedio registraron un valor de $us 9.050 millones en el periodo 2006 – a octubre 2013, frente a $us 3.848 millones en el periodo 1998-2005, reflejando un crecimiento sustancial de 135 por ciento de periodo a periodo. Tan solo este año, los depósitos del sistema financiero han crecido más de Bs 11.000 millones. Estos aspectos implican que la propensión marginal al ahorro de los hogares bolivianos también ha aumentado y que por tanto la mayor parte de estos recursos estarán dirigidos a engrosar la riqueza financiera de las familias y no el consumo.
En resumidas cuentas, el doble aguinaldo no afectará el nivel de precios sino el nivel de ahorro profundizando la redistribución de los ingresos y la mejora en el bienestar de los bolivianos.
http://www.paginasiete.bo/opinion/2013/11/26/doble-aguinaldo-supuesta-inflacion-6984.html
Todos son supuestos, seguro que al siguiente año se sentirán los efectos, una subida de escalón similar a la ocurrida con el anuncio del fallido gasolinazo que provocó que los precios suban y ya no retornen a su índice inicial.
ResponderBorrarBuen artículo, ratón.
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