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lunes, 28 de octubre de 2013

La guerra del gas y sus beneficios

Por: Donald M. Mamani Flores
La sociedad entera recordará los días de conflicto social que se vivieron en octubre de 2003, en la llamada Guerra del Gas. Una ocasión histórica que vivió el país y en la cual se sentaron las bases de una nueva forma de hacer política y economía.

Resultado de ello fue la agenda de octubre, que, entre sus puntos más importantes, incluyó la recuperación de los hidrocarburos y la industrialización de los mismos.

Una década después de esos sucesos ¿Cuántas cosas han cambiado? ¿Existen o no beneficios para la sociedad, emergentes de la nacionalización de los hidrocarburos y de la industrialización?

Las respuestas se enmarcan en los resultados del referéndum de 18 de julio de 2004, cuando la voluntad de todos los bolivianos y bolivianas se plasmó en la aprobación de la Ley 3058 de Hidrocarburos y la posterior nacionalización de éstos.

A partir de esta ley se estableció que los hidrocarburos sean aprovechados para promover el desarrollo del país, la expansión de su consumo en todos los sectores de la sociedad y desarrollo de la industrialización.

Un primer beneficio de esa conquista social es el incremento de los recursos económicos provenientes de los hidrocarburos, que se materializaron en la aplicación del Impuesto Directo a los Hidrocarburos (IDH) y las regalías, cuyas recaudaciones entre el período 2006 y 2012 se duplicaron.

Así por ejemplo, el IDH, que en 2006 alcanzaba a Bs 5.497 millones, en 2012 se incrementó a Bs 12.111 millones. De igual manera, las regalías hidrocarburíferas que en 2006 fueron de Bs 3.148 millones, en 2012 se logró obtener Bs 7.243 millones, según muestran los datos de la Memoria de la Economía de 2012.

Estos resultados, más allá del contexto internacional favorable en materia de precios de commodities, sin duda favorecen a todo el Estado boliviano, puesto que por medio de la ejecución de éstos se posibilita la provisión de salud, educación e infraestructura caminera, entre otros.

Por otra parte, respecto del aprovechamiento de los recursos naturales en favor de todos quienes habitamos este país, a partir de 2006 se universaliza la instalación de gas natural en beneficio de todos los hogares que, según la información de Yacimientos Petrolíferos (YPFB), en el período de 2006 y 2012 alcanzó a 327.050 instalaciones, esperando que hasta fin de este año se logren 457.041.

Asimismo, cabe destacar que como retribución a la valentía de la urbe alteña, entre el año 2006 y septiembre de 2013 se efectuaron 121.374 conexiones de gas a domicilio, que benefician aproximadamente a 607.000 habitantes.

Otro de los puntos de la agenda de octubre, quizás el más importante, es la industrialización de los hidrocarburos. Sobre este punto se dice bastante, ya sea a favor o en contra, pero lo cierto es que nadie en su momento dijo que la industrialización fuera a ser fácil, rápida y barata. Es así que en septiembre de este año empieza a hacerse realidad el inicio de la industrialización de los hidrocarburos tras la inauguración de la construcción del complejo petroquímico de urea y amoníaco, a cargo de la empresa Samsung Engineering.

Una obra que si bien tendrá un costo de $us 843.9 millones, al entrar en funcionamiento en 2015 con la producción de fertilizantes de suelos para la demanda interna y externa, según YPFB, se estima que generará $us 300 millones anuales para todo el Estado en general.

Tal como se apreciar los resultados obtenidos hasta ahora sin duda benefician a toda la población boliviana, los cuales deben hacerse sostenibles en el tiempo por medio de políticas públicas orientadas a efectivizar y optimizar la industrialización de nuestros hidrocarburos, para la obtención de mayores excedentes económicos que favorezcan a las futuras generaciones.
 

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