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jueves, 5 de septiembre de 2019

Soberanía económica de hoy y el fracaso del modelo neoliberal del pasado



Economía Ascendente
Bolivia 11/03/2019.- Como ustedes saben, el término “pasado” se utiliza generalmente para describir o referirse a un conjunto de sucesos ocurridos en un periodo anterior o tiempo determinado, y talvez muchos conozcan frases parecidas, pero estoy convencido de que las niñas-niños y los jóvenes, y toda la población en general no deben ignorar su pasado y conocer la historia económica de nuestro país, para no equivocarse, de lo contrario estamos condenados repetirla, frases que muchos talvez conozcan, pero es una gran verdad.
Por esta razón, en esta oportunidad invito a todos los lectores a reflexionar y analizar de manera objetiva sobre la “historia económica” de nuestro país, haciendo énfasis del viejo modelo neoliberal, periodo 1985-2005 y el modelo económico actual que se viene aplicando desde la gestión 2006 a la fecha.
Ahora bien, durante el periodo neoliberal, el Estado Boliviano no tenía soberanía e independencia para la definición de las políticas económicas del país, porque respondía a intereses internacionales impuestas por Organismos Internacionales como Fondo Monetario Internacional – FMI, Banco Mundial y otros, el cual minimizó el papel del Estado para el desarrollo económico y social del país. Es decir, el FMI anualmente decidía nuestro futuro económico del país a través de Memorándums de Entendimiento para el financiamiento de programas y proyectos, en el que se establecían metas de crecimiento, metas de inflación, políticas salariales, políticas de inversión pública, financiamiento de programas sociales, financiamiento de créditos condicionados, entre otras.
Asimismo, el Estado Boliviano aplicaba las políticas ortodoxas del Consenso de Washington, donde: pensaban que el “libre mercado” era el mejor distribuidor de los recursos y corregía los desequilibrios de desigualdad de los ingresos entre ricos y pobres; el patrón de desarrollo de la economía se centraba en las exportaciones de materias; capitalizaron y privatizaron empresas del Estado en favor de empresas transnacionales y se apropiaban de los excedentes que se generaban por la explotación de los recursos naturales (hidrocarburos, minerales, energía, telecomunicaciones, entre los principales).
Luego de aplicar las recetas del Consenso de Washington y las del FMI, como medidas de ajustes fiscales y monetarios, liberalización de mercados, así como la enajenación (privatización) de las empresas y los recursos naturales estratégicos del país, no se obtuvieron los resultados esperados en el periodo 1985-2005, donde el promedio de crecimiento del Producto Interno Bruto – PIB no superó 3%, el PIB per cápita apenas llegaba a USD871, la deuda externa bordeaba el 64% del PIB, la inversión pública no superaba los USD569 millones, déficit fiscales crónicos, la pobreza superaba más del 60% en área rural y más del 38% a nivel nacional. Estos son los resultados que nos dejaron el modelo neoliberal, el fracaso del pasado que no debemos olvidar.
Por el contrario, analizando la situación económica actual del país, encontramos que desde la gestión 2006 el Estado define y conduce de manera soberana las políticas económicas del país conforme al Modelo Económico Social Comunitario Productivo – MESCP, sin injerencia del FMI como se hacía en el periodo neoliberal. Para lo cual, el Ministerio de Economía y Finanzas Públicas – MEFP y el Banco Central de Bolivia – BCB anualmente firman el “Programa Fiscal Financiero – PFF”, en el cual se proyecta el crecimiento del PIB, inflación, políticas de financiamiento, programas de inversión productiva y social, entre otros, que tienen la finalidad de preservar la estabilidad macroeconómica del país y mejorar la calidad de vida de la población.
Además, el Estado participa de manera activa en el desarrollo de la economía nacional, recuperando la propiedad de las empresas públicas y los recursos naturales (hidrocarburos, minería, electricidad y otros) para los bolivianos, cuyos recursos generados por estos sectores (excedentes) son redistribuidos para a los sectores generadores de ingresos y empleo (creación de la industria, fomento del turismo, desarrollo agropecuario, vivienda, comercio, infraestructura y otros), con la finalidad de recudir la pobreza y disminuir las brechas de la desigualdad entre ricos y pobres.
Analizando los resultados económicos y sociales de la aplicación del MESCP, se tiene que el crecimiento promedio anual del PIB (2006-2017) fue de 4,91%, 4,4% al tercer trimestre de 2018 y 4,5% proyectado para 2019 según PFF, deuda pública externa razonable de un 24% del PIB, fortaleza financiera, inversión pública estatal promedio anual de USD3.630 millones, entre otros que ampliaron la capacidad productiva; resultados que se deben al fortalecimiento de la demanda interna como el motor del crecimiento sostenido y estabilidad de la economía del país.
En términos sociales, encontramos que entre 2005 y 2018, la tasa de desempleo urbano abierto se redujo de 8,1% a 4,3%; en el mismo periodo 1,8 millones de personas salieron de la extrema pobreza, que disminuyó de 38,2% a 15,2% a nivel nacional; se redujo en más de 80 veces la desigualdad entre ricos y pobres, ahora en promedio el 62% de la población boliviana cuenta con ingresos medios; y políticas salariales que beneficiaron a las personas de ingresos bajos, donde el Salario Mínimo Nacional – SMN se incrementó en más de cuatro veces de Bs440 (2005) a Bs2.060 (2016).
Asimismo, no se debe olvidar, pese al contexto internacional desfavorable que afectó a los países de la región y volatilidad de los precios a nivel internacional de las materias primas (petróleo y minerales), Bolivia lideró en el crecimiento económico durante las gestiones 2009, 2015, 2016 y 2017, con 3,4%, 4,8%, 4,3% y 4,2%, respectivamente, y según informes del FMI, BM y CEPAL en la gestión 2018 nuestro país nuevamente lideró el crecimiento de la región con una tasa de 4,3%, y estiman que para la presente gestión se repita este liderazgo por quinto año consecutivo. Resultados que no quieren reconocer analistas económicos de pensamiento neoliberal, porque no pudieron administrar de manera responsable la economía del país.
Finalmente, todos los ciudadanos, niñas-niños y los jóvenes tenemos la obligación de revisar nuestro pasado económico, a no ignorar nuestra historia, porque de ella podemos aprender y no cometer los mismos errores, y transformar nuestras acciones como bolivianos para tener un futuro mejor.
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Agencia Plurinacional de Información 
Nuevo Sur

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