Por: Jorge Lizarraga
El pasado 23 de marzo fue recordado como el 136 aniversario de nuestra privación libre y soberana acceso al mar, merced a una intervención armada, si previa declaratoria de guerra, de parte del gobierno de Chile el 23 de marzo de 1879, fecha pertinente para pedir a los países del mundo a que la solidaridad internacional declarada con nuestra causa, les permita actuar en consecuencia de su apoyo a la demanda marítima de Bolivia ante la Corte Internacional de Justicia, posibilitando a través de sus Estados y Pueblos a que se instaure una verdadera paz en el continente, permitiendo así a que no haya mas enfrentamientos violentos, posibilitando la restitución de territorios usurpados, rectificando tratados impuestos, por otros que sean fruto de consensos y de conformidad de los pueblos que jamás renunciaron ni renunciaran a ese derecho propietario con el que nacieron a la vida independiente y soberana.
Aunque hay dichos como que “ no hay mal que dure 100 anos”, nuestro pueblo y país sigue viviendo en el deseo de que la solidaridad internacional y la propia justicia se pronuncie en nuestro favor, fundado en antecedentes histórico y políticos, que visto por cualquier ángulo de los hechos acaecidos, siempre reconocerán que en 1825 la República de Bolivia en su creación abarcaba todo el Litoral hoy cautivo y si bien es evidente, esa parte de nuestro territorio no estaba plenamente ocupada por la población boliviana, no era motivo alguno para invadir ese vasto territorio como una actitud imperial para no pagar impuestos de ley e incumplir acuerdos establecidos para las compensaciones establecidas en la explotación del guano y el salitre, ya que por derecho histórico de creación de Bolivia y del uti posedetis juris de 1810, también se reconoce esa parte invadida como propiedad del Estado y pueblos bolivianos.
Estamos conscientes que cada 23 de marzo se rememoraba aquel fatídico hecho, como protesta por la invasión a territorio boliviano por tropas chilenas en 1879, a partir del 24 de abril de 2013 una delegación de alto nivel a la cabeza del Canciller y el Agente de Bolivia se presento la demanda ante la Corte Internacional de Justicia, máximo organismo judicial de solución de controversias del sistema de las Naciones Unidas, de cuyo organismo en esta fecha demandamos una resolución que encauce un proceso de solución pacifica a este diferendo internacional.
Nuestro país a través del gobierno y la Cancillería han cumplido plenamente todos los procedimientos jurídicos y legales, dentro y fuera del país, previa a la demanda ante la CIJ (desde 7 de febrero 2011 al 24 de abril de 2013), se ha esperado una propuesta concreta, útil y factible de solución al problema marítimo de Bolivia, que sea la base para debatir el punto VI de la Agenda de los 13 puntos que fueron establecido por los presidentes Evo Morales de Bolivia y Michel Bachelet de Chile. Tampoco se cumplió varios compromisos del Tratado de 1904, este país hermano transandino se ha acostumbrado a incumplir sus compromisos durante estos 136 anos de usurpación del territorio marítimo de Bolivia, no obstante que gobernantes como Salvador Allende B. estaba predispuesto a arribar a una punto de solución a este problema, cuyo golpe de Estado en 1973 por el General Augusto Pinochet U., no permitió viabilizar la política socialista de Allende, no obstante el golpista gobernante Pinochet trato de lograr un canje territorial (Charana) que no resolvía las aspiraciones de Bolivia, otros gobernantes también hacían saber su predisposion de llegar a
un acuerdo de solución sobre el tema marítimo con Bolivia( Aníbal Pinto, Jorge Montt, Luis
Sanfuentes, Arturo Alessandri, Emiliano Figueroa, Gabriel Gonzales, Jorge Alessandri), que
tampoco cumplieron (casos últimos: Aylwin, Frei, Lagos, Bachelet, Pinera).
Nuestro pueblo y Estado Plurinacional, cree en la justicia y en la verdad historica de su reclamo ante el concierto internacional, confía en que los agentes del derecho internacional obren con plena autoridad fundado en los antecedentes que dieron lugar a la demanda boliviana, constaten que se libro una guerra no declarada a Bolivia sino que se invadió sin dar oportunidad a que se tomen las medidas preventivas y de defensa, como corresponde al declararse y ser aceptada una guerra, que para cualquier hombre de ley y justicia, aquella guerra es injusta al ser previamente invadida e impuesta después una Tratado de Paz en 1904, cuyo contenido precautela los intereses del país invasor y cercena 120 mil km2 a Bolivia a son de estos instrumentos impuestos y validados por una diplomacia digitada de aquella época. En consecuencia de estos hechos a ser demostrados documental y fehacientemente, somos creyentes de que procede su reparación diplomática, sobre la que pesa la postura de los miembros de la justicia internacional.
Anhelamos para los bolivianos todos y también aquellos que que viven en el exterior, no perder la fe de retornar a nuestro país por los puertos marítimos de Antofagasta, Tocopilla y Mejillones bajo la sensación de estar navegando en un espacio que por derecho nos pertenece y por ley y solidaridad internacional nos restituyan lo que más de siglo y medio han usufructuado de las riquezas naturales sin siquiera dado un alto nivel de vida a la población de esta región bajo su administración y aun no fuera el caso del retorno a través de lo que alguna vez fue nuestro, pueda concedérsele a Bolivia conminando al Estado Chileno a que pueda retornar con Soberanía a costas del Pacifico sea cual fuera el lugar y/o espacio, bien por la deuda histórica que conlleva o como la oportunidad económica que significa.
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