Por: Octavio Machicao
El documento ¿Dónde está la plata?, publicado por la Fundación Milenio, reúne varios trabajos desarrollados por diversos autores, casualmente exautoridades en el periodo neoliberal, tiene un titular bastante llamativo que invita a preguntarnos dónde se destinan los recursos percibidos por el Estado y si estos han sido bien gastados.
El prólogo de la publicación, con gran euforia invita a los lectores a preguntarnos ¿Qué se hizo con la riqueza de Bolivia? haciendo una reflexión sobre la larga historia económica de extracción y exportación de recursos naturales que vivió el país en el pasado y los extraordinarios recursos que se benefició la economía boliviana especialmente en el siglo XXI. De tan entusiasta introducción, uno esperaría que los diferentes trabajos del documento puedan llevarnos a encontrar la ansiosa respuesta.
Acabando la lectura del texto, ciertamente en ninguno de los trabajos expuestos se encuentra una respuesta plena a tan acuciosa pregunta, ya que los autores hacen énfasis solamente en la cuantificación de los recursos que ingresaron a la economía nacional y olvidaron responder la principal pregunta ¿dónde está la plata?
De hecho, llama la atención el sesgo del documento titulado ¿Dónde está la plata?, pormenorizando aspectos que conducen a encontrar la respuesta de su acuciosa pregunta. El problema del documento es que aglomera información de los ingresos percibidos dejando de lado lo más importante, responder su propia interrogación.
Sin desmerecer la laboriosa investigación realizada en el documento, para que un trabajo se convierta en un aporte para la sociedad, debe cumplir con ciertas exigencias metodológicas.
Desde este punto de vista, el diseño de la metodología exige una serie de técnicas y procesos como la observación, la medición y lo más importante las pruebas de hipótesis, precisamente este último es lo que no encontramos en el mencionado documento que publicó la Fundación Milenio.
En definitiva, el “collage” de trabajos reunidos en el documento ¿Dónde está la plata?, están disfrazados y no responde a su propio interrogante. En este punto, y dada la pregunta, sería bueno que las investigaciones de la Fundación Milenio nos muestren dónde están los extraordinarios recursos con que se benefició Bolivia o ¿se tendrá pensado responder la pregunta en la siguiente edición que viene y por eso se ha tenido que disfrazar un adelanto del documento?
A este efecto y sin ir demasiado lejos, para que la Fundación Milenio de con la respuesta, solo basta con mirar algunas cuentas e indicadores de la economía nacional. Por ejemplo, las Reservas Internacionales Netas, que en 2005 era de $us. 1,714 millones y para septiembre de 2014 se incrementaron a $us. 15,395 millones, es decir crecieron en ocho veces; otra variable a considerar es la inversión pública, que entre 2006 y 2014 se destinó cerca de $us. 20,000 millones.
De igual manera, las transferencias y regalías recibidas por las gobernaciones, municipios y universidades, en 2005 recibieron Bs. 6,669 millones y en 2013 estas entidades han recibido Bs. 27,484 millones. Parte de la plata también fue absorbida por el sector privado a través del efecto multiplicador, reflejado en el significativo incremento de los depósitos del público en el sistema financiero que en 2005 eran de $us. 3,711 millones y para agosto de 2014, los depósitos del público se incrementaron a $us. 15,669 millones.
Lo que demuestra que la plata está en Bolivia.
El documento ¿Dónde está la plata?, publicado por la Fundación Milenio, reúne varios trabajos desarrollados por diversos autores, casualmente exautoridades en el periodo neoliberal, tiene un titular bastante llamativo que invita a preguntarnos dónde se destinan los recursos percibidos por el Estado y si estos han sido bien gastados.
El prólogo de la publicación, con gran euforia invita a los lectores a preguntarnos ¿Qué se hizo con la riqueza de Bolivia? haciendo una reflexión sobre la larga historia económica de extracción y exportación de recursos naturales que vivió el país en el pasado y los extraordinarios recursos que se benefició la economía boliviana especialmente en el siglo XXI. De tan entusiasta introducción, uno esperaría que los diferentes trabajos del documento puedan llevarnos a encontrar la ansiosa respuesta.
Acabando la lectura del texto, ciertamente en ninguno de los trabajos expuestos se encuentra una respuesta plena a tan acuciosa pregunta, ya que los autores hacen énfasis solamente en la cuantificación de los recursos que ingresaron a la economía nacional y olvidaron responder la principal pregunta ¿dónde está la plata?
De hecho, llama la atención el sesgo del documento titulado ¿Dónde está la plata?, pormenorizando aspectos que conducen a encontrar la respuesta de su acuciosa pregunta. El problema del documento es que aglomera información de los ingresos percibidos dejando de lado lo más importante, responder su propia interrogación.
Sin desmerecer la laboriosa investigación realizada en el documento, para que un trabajo se convierta en un aporte para la sociedad, debe cumplir con ciertas exigencias metodológicas.
Desde este punto de vista, el diseño de la metodología exige una serie de técnicas y procesos como la observación, la medición y lo más importante las pruebas de hipótesis, precisamente este último es lo que no encontramos en el mencionado documento que publicó la Fundación Milenio.
En definitiva, el “collage” de trabajos reunidos en el documento ¿Dónde está la plata?, están disfrazados y no responde a su propio interrogante. En este punto, y dada la pregunta, sería bueno que las investigaciones de la Fundación Milenio nos muestren dónde están los extraordinarios recursos con que se benefició Bolivia o ¿se tendrá pensado responder la pregunta en la siguiente edición que viene y por eso se ha tenido que disfrazar un adelanto del documento?
A este efecto y sin ir demasiado lejos, para que la Fundación Milenio de con la respuesta, solo basta con mirar algunas cuentas e indicadores de la economía nacional. Por ejemplo, las Reservas Internacionales Netas, que en 2005 era de $us. 1,714 millones y para septiembre de 2014 se incrementaron a $us. 15,395 millones, es decir crecieron en ocho veces; otra variable a considerar es la inversión pública, que entre 2006 y 2014 se destinó cerca de $us. 20,000 millones.
De igual manera, las transferencias y regalías recibidas por las gobernaciones, municipios y universidades, en 2005 recibieron Bs. 6,669 millones y en 2013 estas entidades han recibido Bs. 27,484 millones. Parte de la plata también fue absorbida por el sector privado a través del efecto multiplicador, reflejado en el significativo incremento de los depósitos del público en el sistema financiero que en 2005 eran de $us. 3,711 millones y para agosto de 2014, los depósitos del público se incrementaron a $us. 15,669 millones.
Lo que demuestra que la plata está en Bolivia.
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