Por: Marcelo Ticona (*)
La
política salarial en gestiones anteriores definió un incremento anual mayor al
índice de inflación, suponiendo un aumento en los ingresos reales de los
trabajadores. Veamos si en la práctica existe este efecto positivo, tomando
como referencia los salarios mensuales declarados a la seguridad social y los
índices de inflación.
Usemos
la distribución de ingresos en un hipotético grupo de 100 personas –que
representan el colectivo de dependientes del país– en cuatro estratos: (1) el
primer cuartil con ingresos más bajos, (2) trabajadores entre el percentil 25 y
80, (2) ingresos superiores a Bs 10.000, y (4) salarios inferiores a Bs 1.000.
En
2007, 25 de cada 100 trabajadores percibían ingresos mensuales inferiores a Bs
1.000 (primer grupo), los siguientes 55 (segundo grupo) tenían ingresos entre
Bs 1.000 y Bs 3.500, y solo tres de cada 100 contaban con salarios superiores a
Bs 10.000 (tercer grupo). En consecuencia, los restantes 17 trabajadores se
encontraban, y con alta dispersión, con ingresos entre Bs 3.500 y Bs 10.000.
Tomemos
una fotografía similar en 2011. Los primeros 25 trabajadores (primer grupo)
ahora tienen ingresos hasta Bs 1.500, los siguientes 55 (segundo grupo) tienen
salarios entre Bs 1.500 y 5.000, y cinco de cada 100 personas (tercer grupo)
tienen ingresos mayores a Bs 10.000. Ahora con menor dispersión, los restantes
15 trabajadores tienen ingresos entre Bs 5.000 y Bs 10.000. En ambos grupos
resulta interesante medir los ingresos inferiores a Bs 1.000 (cuarto grupo), en
2007 eran 25 personas y en 2011 son 14.
En
2007, el Instituto Nacional de Estadística realizó el cambio del año base para
el Índice de Precios al Consumidor (IPC). 2007 = 100 significa que a partir de
la gestión 2007 el IPC se inicia en 100 y a este se agregan los resultados de
las observaciones mensuales de la evolución de precios para obtener la
inflación. A diciembre de 2011 el IPC es 133,08 y resulta sencillo inferir el
33,08% como la variación porcentual de este índice en cuatro años.
Ahora obtengamos los ingresos en términos reales de los estratos anteriores
comparando los ingresos promedio ponderados. El primer cuartil en 2007 tuvo un
promedio salarial de Bs 675. Este grupo en 2011 alcanzó un promedio de Bs
1.002. La variación porcentual entre estos promedios de ingresos es del 48,5%.
Si deflactamos la inflación acumulada en este periodo (33,08%), resulta que la
cuarta parte de los trabajadores del país con menores ingresos ha tenido un
incremento real de salarios del 11,6%.
Hagamos el mismo ejercicio con el grupo de trabajadores entre el percentil 25 y
80. En 2007 tenían un ingreso promedio ponderado de Bs 1.920. En 2011, el
promedio de sus ingresos es Bs 2.834. La variación porcentual de estos salarios
nominales es del 47,6% y el incremento real alcanza al 10,9%.
Con evidencia podemos afirmar que la política salarial logró su objetivo. Un
incremento salarial por encima de la inflación mejoró los ingresos reales de
los trabajadores y desplazó hacia arriba los estratos de menores ingresos. El
reto en la agenda futura de discusión sobre la materia es proyectar políticas a
largo plazo que incluyan variables de productividad y extensión de cobertura
del empleo formal, promoviendo la cohesión social incluso –y con mayor
prioridad– con sectores que tradicionalmente se encuentran al margen de
incrementos salariales.
(*)
Ingeniero comercial
Publicado en El Deber el 15/03/2012.
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