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sábado, 10 de marzo de 2012

Cómo usar las Reservas Internacionales (RI)

Por: Omar A. Yujra Santos (*)
En días pasados el presidente Morales remitió un proyecto de Ley a la Asamblea Legislativa Plurinacional para la creación de un Fondo para la Revolución Industrial Productiva (FINPRO), hecho que generó bastante debate acerca de si es bueno utilizar estos recursos para este tipo de medidas o no.

Para enfocarnos en el tema es preciso entender en qué consisten las reservas internacionales. Las RI son recursos financieros en oro y divisas --cualquier medio de pago aceptado internacionalmente como el dólar--, guardadas como previsión para hacer frente a compromisos internacionales del país, respaldar la política cambiaria, fortalecer la función de prestamista de última instancia y apoyar las calificaciones de riesgo crediticio del país.

Están conformadas por los activos externos que se encuentran bajo control del Banco Central de Bolivia (BCB).Estos activos son de disponibilidad inmediata (billetes y monedas, depósitos a la vista, depósitos a plazo y títulos valor) y pueden ser usados para financiar pagos al exterior, por ejemplo, los pagos por importaciones y el servicio de la deuda.
También pueden ser utilizadas para intervenir en el mercado cambiario para controlar al tipo de cambio cuando sea necesario, hacer frente a eventuales crisis financieras internas o shoks externos, y mantener la confianza en el sistema financiero.

¿Cómo se obtienen estos recursos? Son resultado de los superávits que un país obtiene por las transacciones que realiza con el exterior, generalmente por las exportaciones, créditos de bancos extranjeros, transferencias hechas por bolivianos en el exterior y la inversión extranjera en el país.

Como cualquier activo financiero, estos recursos deben ser administrados bajo criterios de: a) seguridad --activos de calidad--, b) liquidez --activos que se puedan negociar fácilmente-- y c) rentabilidad --activos que provean un rendimiento adecuado--. En Bolivia, conforme la Ley N° 1670 de 31 de octubre de 1995, el Banco Central de Bolivia debe velar por el fortalecimiento de las reservas internacionales, administrando las mismas pudiendo disponer, invertir, depositarlas en custodia, así como pignorarlas –derechos de un acreedor sobre determinados activos--.

Bajo estos criterios, durante los últimos años, las reservas internacionales se incrementaron sustancialmente y presentan una tendencia ascendente constante. Según datos del BCB, al 24 de febrero de 2012 se tienen más de $us12.774 millones que en porcentajes del PIB representan el 54%, el mayor de América Latina, seguido por Perú con 29%, Paraguay 22%, Uruguay 21%, Chile 17%, Brasil 14%, México 12%, Argentina 11%, Colombia 10%, Venezuela 10% y Ecuador 5%.

De acuerdo al proyecto de Ley del FINPRO se crearía un fondo de $us1.200,- millones (9,4% del total de las reservas) destinados a financiar emprendimientos económicos orientados a la transformación de la matriz productiva, a cargo de entidades públicas, empresas públicas, empresas con participación mayoritaria del Estado, así como emprendimientos conjuntos del Órgano Ejecutivo con las Gobernaciones y Municipios.

Este fondo podrá ser transferido siempre y cuando las RI sean superiores al nivel óptimo --nivel que permita cubrir toda la demanda de dólares para el pago de operaciones de comercio exterior, pago de la deuda externa y devolución de depósitos en dólares--. Según el Ministerio de Economía y Finanzas Públicas el nivel óptimo es $us8.500 millones, con lo que se tendría más de $us4.000 millones de “libre disponibilidad”.

Por tanto, el nivel actual de las reservas internacionales totales permite un margen de maniobra para usar estos recursos en actividades productivas, que primero, no le afectaría a la economía porque mantendría su solidez macroeconómica y segundo, permite orientar recursos en forma de créditos a empresas públicas nacionales estratégicas (YPFB, COMIBOL, ENDE y EASBA), y ahora también a emprendimientos productivos (FINPRO) para acelerar el desarrollo económico del país.

(*) El autor es economista
Publicado en La Prensa el 10/03/2012, El País 11/03/2012, El Cambio 12/03/2012 www.cambio.bo

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