Por: Cristian Gonzales Sardinas (*)
Actualmente,
la crisis alimentaria que azota a las regiones más pobres del mundo,
originada por la precariedad de las cosechas, la creciente demanda del
biocombustible, el alza en los costos de fertilizantes y transporte de
productos, afectó considerablemente a nuestro país; en respuesta a esta
problemática y a fin de garantizar la seguridad alimentaria boliviana,
surge como responsable para ejecutar la política de la subvención a los
alimentos y siendo el brazo operativo del Gobierno Nacional, la Empresa
de Apoyo a la Producción de Alimentos - EMAPA, destinada a impulsar la
producción agrícola, beneficiando a pequeños y medianos productores,
mediante la provisión de insumos y asistencia técnica.
Esta
intervención del Estado en el mercado de alimentos, resultó desde
cualquier punto de vista beneficiosa, en especial para el consumidor
final que se sentía oprimido debido al incremento en los precios. EMAPA
desde la gestión 2008 al 2011, acopió 627 mil toneladas de arroz, trigo,
maíz y soya. En cuanto a los productos que transforma ha comercializado
1.194.010 quintales de arroz y 2.450.104 quintales de harina de trigo.
El
rol de EMAPA fue cuestionado muchas veces desde el punto de vista
productivo, sin embargo, es importante mencionar que la modalidad de
apoyo a la producción por parte de esta empresa (dotación de insumos,
semillas, defensivos agrícolas y diese a productores de arroz, trigo,
maíz y soya), influyó de manera directa a la ampliación de la frontera
agrícola, alcanzando más de 323 mil hectáreas cultivadas, lo que a su
vez se traduce, en aproximadamente 9.117 productores distribuidos en 328
asociaciones a lo largo del territorio boliviano, siendo beneficiados
más de 108 municipios.
Otro
aspecto relevante en aras de tan preciada soberanía alimentaria,
contempla la construcción y dotación de infraestructura productiva,
hecho que tiene cuatro hitos importantes durante el 2011, los silos de
almacenamiento de granos en los Municipios de San Pedro y Cuatro Cañadas
(Departamento de Santa Cruz), que aseguran un manejo funcional de más
de 360 mil toneladas anuales en granos de trigo, maíz y soya,
favoreciendo directamente a 100 mil habitantes en esas regiones; un
ingenio arrocero con capacidad de procesamiento de 1.400 toneladas por
día y un molino de trigo que procesa 40 toneladas al día.
Como
asignatura pendiente para el Estado, se presenta la producción en
tierras fiscales, tema que evidentemente será encarado en un tiempo
próximo por el Gobierno, medida que contribuirá de manera definitiva y
contundente la seguridad alimentaria, mejorando paralelamente el
problema de la baja productividad de los suelos bolivianos.
(*) Es economista
Publicado en La Epoca el 21/03/2012
Publicado en La Epoca el 21/03/2012
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