Por: Omar A. Yujra Santos (*)
En el editorial del día 7 de marzo de 2012 del decano
de la prensa nacional “El Diario”, se mencionó que la economía boliviana “no
está blindada” frente a la crisis internacional. Primero debido a que los
ingresos que registra el país se deben exclusivamente a que los precios de las
materias primas se han incrementado; segundo, a que el país está ganando más
produciendo menos.
Algo así, sin duda crea cierta duda, sobre todo cuando
se hace apreciaciones sin considerar los datos correctos y de forma somera. Lo
cierto es que un análisis mesurado debe realizarse de manera objetiva,
considerando:
Primero, el crecimiento de la economía boliviana se
debe principalmente a la incidencia de la demanda interna y no de la demanda
externa (exportaciones). En efecto, según datos oficiales en 2011 el
crecimiento de 5,1% se explica en un 88% (4,5% del crecimiento) por el consumo
de los hogares y del gobierno, así como de la inversión; por el contrario
únicamente el 12% (0,6% del crecimiento) es atribuible a las exportaciones.
Segundo, tres cuartas partes del total de ingresos
tributarios (Bs41.388 millones en 2011) son producto de los impuestos que todos
los bolivianos pagamos. Por el contrario sólo el 22% es atribuible a los
hidrocarburos (Bs8.996 millones) y en el caso de la minería su incidencia es
mucho menor 4,4% (Bs1.817 millones) para el caso de la actividad de minerales metálicos
y no metálicos.
No hay que olvidar que en la gestión 2009, cuando
los precios internacionales del barril de petróleo y de los minerales cayeron,
la economía boliviana fue la que obtuvo mayor crecimiento en la región (3,4%),
precisamente gracias a la demanda interna.
Según
datos preliminares, las actividades que tuvieron mayor crecimiento en el 2011,
al margen de hidrocarburos (7,4%) y minería (4,1%), son los de electricidad,
gas y agua con 8%, construcción 7,2%,
transporte y almacenamiento 6,8%, establecimientos financieros 5,2%, agropecuaria 3,2% y la industria manufacturera
3%.
Al
hablar de crecimiento económico se hace referencia al Producto Interno Bruto
que refleja la variación de la producción de bienes y servicios de una economía
en un año. En esta línea, la producción creció de manera sostenida durante los
últimos años.
En
efecto, el promedio anual de crecimiento durante 2006-2010 fue de 4,6% mayor al
de la economía mundial (3,6%) y de Latinoamérica y el Caribe (4%), pero además
superior al 3,1% registrado entre 2001-2005, esto permitió que cerca de 1
millón de personas pobres pasaran a formar parte de la población de ingresos
medios.
Se
prevé un crecimiento de 5,5% en la presente gestión y conforme se cumpla con
mayor eficiencia la política de industrialización, se fortalezca el aparato
productivo y se mantengan las políticas sociales de redistribución de ingresos,
el crecimiento estará por encima del 6%, al margen de la crisis internacional
que vive la economía mundial.
Si
esto no es suficiente la economía cuenta con más de $us12.000 millones de
reservas internacionales, superávits gemelos sostenidos tanto en la balanza
comercial y en el resultado fiscal, un sistema financiero con más $us10.805
millones en depósitos con una predominancia de las cajas de ahorro y depósitos
a plazo fijo, más de $us8.284 millones
como cartera neta, además de un peso boliviano más fuerte (el 64% de los
depósitos y 71% de los créditos son en bolivianos) y por si fuera poco una
inversión extranjera con una tendencia ascendente (sólo en 2011 ingresó al país
más de $us 618 millones).
Contrario
a lo que ocurre en los países de la Zona Euro o Estados Unidos donde la deuda soberana
se encuentra por encima del 100% de su PIB, en Bolivia la deuda externa apenas
alcanza el 15% y la deuda interna del Tesoro a un 20% del PIB.
La economía boliviana está preparada para soportar
los embates de la crisis internacional, razón por la cual afirmar que los
ingresos del país dependen exclusivamente de los precios de las materias primas
o que el país está ganando más produciendo menos no corresponde a la realidad.
(*) El autor es economista.
Publicado en El Diario el 16/03/2012, El Deber el 19/03/2012
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