Por: Pablo Cachaga Herrera
Un análisis más concienzudo sobre la deuda debería distinguir entre contratación de deuda y gestión de deuda, la primera hace referencia al nuevo flujo de deuda contraída y la segunda se refiere a un concepto mucho más amplio que engloba varias características, que en este artículo serán expuestas con la ayuda del boletín de estadísticas de deuda del Tesoro General de la Nación 2013 publicado recientemente por el Ministerio de Economía y Finanzas Públicas (MEFP).
La estructura de deuda interna del TGN ha cambiado considerablemente hacia plazos mayores. En 2005 el plazo máximo por el cual se contrataba deuda era en promedio 8 años, en 2013 el plazo se extendió a 35 años, adicionalmente al cambio de timón del perfil de deuda, destaca que en la gestión 2013 el Tesoro logró colocar Bonos a 50 años en el mercado financiero interno. Son pocos los países que consiguieron colocar a ese periodo de tiempo.
El costo financiero de la deuda disminuyó considerablemente. Así por ejemplo en 2005, el Estado boliviano colocaba deuda a una tasa superior al 5% anual. Actualmente, los títulos ofertados por el TGN a 50 años otorgan un rendimiento de 4,4%, denotando de esta manera un ahorro para las arcas del Tesoro.
Otro hecho importante es la reducción de la exposición al riesgo cambiario que ha disminuido sustancialmente. En la gestión 2000 el 64% de la deuda se encontraba en moneda extranjera, en cambio en 2013 predomina la colocación en moneda nacional con 60%, lo cual reduce los riesgos de incremento en el saldo de la deuda pública por movimientos de tipo de cambio nominal.
Otro elemento que se evalúa cuando se contrata deuda es el destino del financiamiento. Sería un elemento de preocupación si las autoridades contratan deuda para financiar gasto corriente como ocurrió en el pasado. En cambio cuando estos recursos son bien utilizados en inversión como la construcción de carreteras, puentes y otras obras de infraestructura, se entendería que la asignación es eficiente.
En síntesis no debemos de confundir entre una mayor contratación de deuda y gestión de deuda, la primera puede incrementarse sin que esto comprometa la buena gestión de la misma, sin embargo un análisis más serio debería de realizarse sobre montos del endeudamiento respecto al ingreso total de la economía y no como muchos analistas lo hacen en términos nominales.
Con todo lo mencionado se observa que en el periodo 2006-2013, la gestión de deuda fue adecuada, eficiente y transparente, esta última debido a la periódica publicación de información estadística de deuda que permiten al ciudadano de a pie controlar como se administran los recursos públicos.
En varios medios de prensa ha desatado polémica las afirmaciones vertidas por la Fundación Jubileo sobre el crecimiento considerable de la deuda pública, afirmación que genera en mi persona gran inquietud y me obliga a despejar dudas que se originaron respecto al tema.
Un análisis más concienzudo sobre la deuda debería distinguir entre contratación de deuda y gestión de deuda, la primera hace referencia al nuevo flujo de deuda contraída y la segunda se refiere a un concepto mucho más amplio que engloba varias características, que en este artículo serán expuestas con la ayuda del boletín de estadísticas de deuda del Tesoro General de la Nación 2013 publicado recientemente por el Ministerio de Economía y Finanzas Públicas (MEFP).
Entre los indicadores de deuda que nos permite hacer un análisis de la gestión de la misma encontramos la relación deuda/PIB, que mide la sostenibilidad de deuda, este indicador ha mostrado un comportamiento decreciente en los últimos 8 años, de una posición cercana al 80% en 2005 a solo 28% en 2013, este resultado refleja qué el endeudamiento respecto a nuestros ingresos como país ha disminuido considerablemente.
La estructura de deuda interna del TGN ha cambiado considerablemente hacia plazos mayores. En 2005 el plazo máximo por el cual se contrataba deuda era en promedio 8 años, en 2013 el plazo se extendió a 35 años, adicionalmente al cambio de timón del perfil de deuda, destaca que en la gestión 2013 el Tesoro logró colocar Bonos a 50 años en el mercado financiero interno. Son pocos los países que consiguieron colocar a ese periodo de tiempo.
El costo financiero de la deuda disminuyó considerablemente. Así por ejemplo en 2005, el Estado boliviano colocaba deuda a una tasa superior al 5% anual. Actualmente, los títulos ofertados por el TGN a 50 años otorgan un rendimiento de 4,4%, denotando de esta manera un ahorro para las arcas del Tesoro.
Otro hecho importante es la reducción de la exposición al riesgo cambiario que ha disminuido sustancialmente. En la gestión 2000 el 64% de la deuda se encontraba en moneda extranjera, en cambio en 2013 predomina la colocación en moneda nacional con 60%, lo cual reduce los riesgos de incremento en el saldo de la deuda pública por movimientos de tipo de cambio nominal.
Otro elemento que se evalúa cuando se contrata deuda es el destino del financiamiento. Sería un elemento de preocupación si las autoridades contratan deuda para financiar gasto corriente como ocurrió en el pasado. En cambio cuando estos recursos son bien utilizados en inversión como la construcción de carreteras, puentes y otras obras de infraestructura, se entendería que la asignación es eficiente.
En síntesis no debemos de confundir entre una mayor contratación de deuda y gestión de deuda, la primera puede incrementarse sin que esto comprometa la buena gestión de la misma, sin embargo un análisis más serio debería de realizarse sobre montos del endeudamiento respecto al ingreso total de la economía y no como muchos analistas lo hacen en términos nominales.
Con todo lo mencionado se observa que en el periodo 2006-2013, la gestión de deuda fue adecuada, eficiente y transparente, esta última debido a la periódica publicación de información estadística de deuda que permiten al ciudadano de a pie controlar como se administran los recursos públicos.
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