Por: Gustavo Durán
El modelo neoliberal vigente desde 1985 hasta 2005 se caracterizó por la producción del excedente generado por la empresa privada y transnacional; sin embargo, debe notarse que esta última era la verdadera encargada de hacerlo. Dada la escasa capacidad de acumulación de la burguesía nacional era necesario el fomento de la inversión extranjera directa como forma de suplir el escaso ahorro nacional.
El principal objetivo de la política económica del modelo neoliberal consistía en el control de la inflación. Para ello, bajo el marco teórico neoclásico, se neutralizó la política monetaria y fiscal. En el primer caso, se apeló a la dolarización que consiste en sustituir la moneda nacional por la estadounidense, en el segundo, la política fiscal consistía en equilibrar los ingresos y gastos corrientes. De ahí para los administradores de la hacienda pública de aquellos años era común indicar que: “la magnitud del déficit fiscal no es otra que la dimensión del programa de inversiones”.
A partir de la gestión 2006, surge el nuevo modelo económico social comunitario productivo, que es una construcción teórica y práctica a partir de los aportes realizados por Carlos Villegas y Luis Arce Catacora. Su análisis responde a una visión crítica del modelo usado en la economía nacional durante más de dos décadas. Por medio de la misma, mostraron que para que una economía funcione no depende de construir todo de nuevo sino que se debe realizar un proceso de herencia bajo inventario que consiste en rescatar aquello que funciona y desechar lo que está mal.
Este modelo anula la esencia del 21060 porque promueve la intervención del Estado a través de los siguientes elementos: Nacionalización del gas que brinda mayores ingresos al Estado y brinda las divisas para que el precio del dólar descienda, lo que fomentó la bolivianización de la economía, con lo que se recupera la política monetaria y la capacidad de acción del Banco Central.
Después de muchos años las arcas del Estado registran superávit. En efecto, mientras que el año 2005 se termina con déficit de 5% (como porcentaje del PIB), el 2006 se cierra con un resultado positivo de 4,5%.
La inversión pública es un claro resultado del nuevo modelo. Tal como se había señalado lo que define a un patrón de acumulación es la forma de generar el excedente y su uso. Durante años se pensó que tal tarea debía estar completamente a cargo del sector privado, esta estrategia demostró que no era efectiva, pues lo que motivaba a dicho sector es la búsqueda de la ganancia.
Los altos déficits fiscales y una baja inversión pública estaban unidas a la necesidad de contar con recursos externos para financiar los gastos del fisco. El nuevo modelo económico rompe esta dependencia y la deuda externa en lugar de incrementarse se reduce. En relación con países de América Latina la deuda externa es una de las más bajas en porcentaje del PIB.
La esencia del 21060 no fue la plena vigencia del mercado, sino la disminución del rol del Estado, así convertir al mismo en un agente a favor de los intereses empresariales. Con el proceso de cambio se pone al Estado al servicio de las grandes mayorías, pero este cambio no es una mera “declaración de intenciones” sino consiste en dotar al sector público la capacidad de actuar y cuyos resultados son contundentes.
El modelo neoliberal vigente desde 1985 hasta 2005 se caracterizó por la producción del excedente generado por la empresa privada y transnacional; sin embargo, debe notarse que esta última era la verdadera encargada de hacerlo. Dada la escasa capacidad de acumulación de la burguesía nacional era necesario el fomento de la inversión extranjera directa como forma de suplir el escaso ahorro nacional.
El principal objetivo de la política económica del modelo neoliberal consistía en el control de la inflación. Para ello, bajo el marco teórico neoclásico, se neutralizó la política monetaria y fiscal. En el primer caso, se apeló a la dolarización que consiste en sustituir la moneda nacional por la estadounidense, en el segundo, la política fiscal consistía en equilibrar los ingresos y gastos corrientes. De ahí para los administradores de la hacienda pública de aquellos años era común indicar que: “la magnitud del déficit fiscal no es otra que la dimensión del programa de inversiones”.
A partir de la gestión 2006, surge el nuevo modelo económico social comunitario productivo, que es una construcción teórica y práctica a partir de los aportes realizados por Carlos Villegas y Luis Arce Catacora. Su análisis responde a una visión crítica del modelo usado en la economía nacional durante más de dos décadas. Por medio de la misma, mostraron que para que una economía funcione no depende de construir todo de nuevo sino que se debe realizar un proceso de herencia bajo inventario que consiste en rescatar aquello que funciona y desechar lo que está mal.
Este modelo anula la esencia del 21060 porque promueve la intervención del Estado a través de los siguientes elementos: Nacionalización del gas que brinda mayores ingresos al Estado y brinda las divisas para que el precio del dólar descienda, lo que fomentó la bolivianización de la economía, con lo que se recupera la política monetaria y la capacidad de acción del Banco Central.
Después de muchos años las arcas del Estado registran superávit. En efecto, mientras que el año 2005 se termina con déficit de 5% (como porcentaje del PIB), el 2006 se cierra con un resultado positivo de 4,5%.
La inversión pública es un claro resultado del nuevo modelo. Tal como se había señalado lo que define a un patrón de acumulación es la forma de generar el excedente y su uso. Durante años se pensó que tal tarea debía estar completamente a cargo del sector privado, esta estrategia demostró que no era efectiva, pues lo que motivaba a dicho sector es la búsqueda de la ganancia.
Los altos déficits fiscales y una baja inversión pública estaban unidas a la necesidad de contar con recursos externos para financiar los gastos del fisco. El nuevo modelo económico rompe esta dependencia y la deuda externa en lugar de incrementarse se reduce. En relación con países de América Latina la deuda externa es una de las más bajas en porcentaje del PIB.
La esencia del 21060 no fue la plena vigencia del mercado, sino la disminución del rol del Estado, así convertir al mismo en un agente a favor de los intereses empresariales. Con el proceso de cambio se pone al Estado al servicio de las grandes mayorías, pero este cambio no es una mera “declaración de intenciones” sino consiste en dotar al sector público la capacidad de actuar y cuyos resultados son contundentes.
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