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jueves, 30 de octubre de 2014

Fluctuaciones del crecimiento y la solidez de la Política Económica

Por: Juan Gerardo Mamani Calle
En las últimas semanas las instituciones económicas internacionales publicaron las previsiones correspondientes al crecimiento de América Latina, que alcanzará 1,3% (proyección del FMI) para la presente gestión, siendo que el 2013 creció 2,4%.

Con estos resultados se puede aseverar que el ritmo de crecimiento de la economía de América Latina y el Caribe estaría cayendo. Ante este panorama es prudente preguntar qué ¿será posible que la economía boliviana mantenga un ritmo de crecimiento sostenible?

A veces las situaciones son complejas y se presentan disyuntivas, en el entorno de las decisiones de política económica, en el cual, una característica en la economía es ver la evolución del Producto Interno Bruto (PIB) real si tiene un crecimiento sostenido con baja o ninguna volatilidad

Por ejemplo: de que serviría que el PIB crezca un año a un nueve o diez por ciento y al siguiente reduzca a una tasa negativa, para luego señalar que el PIB creció en promedio en un tres o cuatro por ciento, cuando en realidad de experimentar un alto ritmo de crecimiento (calentamiento) se pasa a un enfriamiento brutal de la actividad económica, esto genera expectativas de volatilidad alta en el comportamiento de la actividad económica y por tanto incertidumbre de política económica y de los agentes económicos.

Al parecer en la economía boliviana se está controlando estas fluctuaciones, puesto que si observamos la variabilidad del crecimiento del PIB, entre el 2006 y el 2013, que presenta es de 1%. Comparativamente, Argentina tiene una volatilidad de 3,5%, Brasil 2,5%, Chile 2,5%, Colombia 2,4%, Ecuador 2,4%, Perú 2,8%, Paraguay 6,2%, Uruguay 2,2% y Venezuela un 4,7%, en promedio estos presentan una volatilidad de 3%. El registro de volatilidad del crecimiento boliviano es el más bajo de los últimos años, ya que en comparación con los 8 años anteriores al 2006 superaba 2,8%.

También registró un crecimiento promedio anual de 5% (2006-2013) que está por encima del promedio del crecimiento real de los países de Sud América, alcanzando el 2013 un 6,8%, y una proyección para el 2014 y 2015, según la CEPAL, de 5,5% y 5%, respectivamente, liderando de esta manera el crecimiento económico de la región.

Estos resultados dan una clara visión de que se está aplicando una serie de políticas de redistribución del ingreso incentivos para el dinamismo de la demanda interna, a través de la apropiación del excedente y su redistribución mediante las transferencias (Bonos Sociales), incremento en el flujo de inversión pública, incrementos salariales, fuerte inyección de los recursos para la expansión de la capacidad productiva, etc.

Con esta baja volatilidad y el promedio de crecimiento anual, se puede afirmar que es un crecimiento sostenido y estable, además que los resultados de esta menor volatilidad generan certidumbre en las decisiones de política económica y en las expectativas del sector privado, por lo que se considera a Bolivia un país económicamente estable, con una política económica sólida y con objetivos muy bien identificados.
 

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