Por: Pablo Cachaga Herrera
Después de que el Gobierno ajustara el crecimiento del PIB a la baja de 5,9% a 5%, varios personajes de la vieja escuela del libre mercado una vez más salieron con sus habituales pronósticos de desaceleración y crisis económica, sin embargo estos análisis pecan por olvidar la musculatura con la que hoy cuenta la economía boliviana.
Después de que el Gobierno ajustara el crecimiento del PIB a la baja de 5,9% a 5%, varios personajes de la vieja escuela del libre mercado una vez más salieron con sus habituales pronósticos de desaceleración y crisis económica, sin embargo estos análisis pecan por olvidar la musculatura con la que hoy cuenta la economía boliviana.
En primera instancia me parece preciso mencionar que hoy los bolivianos diseñamos y manejamos la política Fiscal y Monetaria del país, antes de 2006 estas políticas eran condicionadas desde Washington por el Fondo Monetario Internacional (FMI). Gracias a la recuperación de la soberanía de política económica, nuestras autoridades del ámbito económico firman anualmente el Programa Fiscal Financiero (PFF) elaborado por técnicos bolivianos, este factor es fundamental para afrontar una crisis y tomar las decisiones más sabias y soberanas en momentos difíciles.
En este sentido el PFF prevé un crecimiento económico de 5% para Bolivia en 2015, que es superior al crecimiento estimado para América Latina de 1,3% y de 3,5% para el mundo según el FMI, demostrando también que a pesar de la caída del precio del petróleo, estamos dentro de las tres economías que más crecerán en la región.
Este resultado no debería sorprendernos ya que en los últimos años el crecimiento económico se debió gracias a la demanda interna que entre 2006-2014 creció en promedio 5,6%, mientras que la demanda externa neta decreció en 0,5% en el mismo periodo. Esta gestión claramente no será la excepción y se seguirá apostando por la demanda interna.
Un vitamínico importante para la musculatura de la economía boliviana es sin duda el fuerte incremento de la inversión pública, que entre 2006 y 2014 en promedio fue de $us. 4.507 millones y en 2015 se incrementará en 37% respecto a 2014, para dinamizar la economía ante posibles choques externos, es decir llegará a $us. 6.179 millones.
Además las proteínas con las que cuenta la musculatura de la economía nacional son el apoyo que se brinda al sector productivo, como los créditos otorgados por el Banco de Desarrollo Productivo (BDP) y la regulación de tasas de interés para créditos productivos, entre otros, que dan lugar a un crecimiento acelerado de la cartera destinada a este sector, que en la última gestión se ha situado por encima del 20% superior al crecimiento de la cartera total de 15%.
Hoy la economía se encuentra más robusta que hace diez años, con buenos thusus, para continuar la carrera económica sostenible, con un nivel de reservas internacionales entre sus bíceps de 44% del PIB y con un sector público más activo.
En este sentido es momento de dejar de lado los Koñichis de recetas de política económica que nuestros queridos analistas económicos proponen, porque estas ya fueron utilizadas en tiempos donde el país era vanguardia de las reformas liberales sin alcanzar resultados positivos. Hoy la realidad económica de Bolivia es otra y por lo tanto requiere de nuevas formas para enfrentar los problemas económicos, en el periodo neoliberal este escenario de crisis enfermaba de pulmonía a nuestra economía hoy en el peor de los casos nos contagia de una gripe común.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Por favor, ingrese sus comentarios sobre el artículo aquí: