Por: Yohasir Machaca Corominola
El crecimiento económico es un indicador del aumento del valor de bienes y servicios finales producidos por una economía y por ende mide una cierta mejora del nivel de vida de las personas.
Recordemos que en la década del noventa se presentó la crisis financiera asiática, Tequila (México), Zamba (Brasil), Tango (Argentina), en la cual nuestro país terminó la gestión 2000 con bajó crecimiento económico 2,51%, mayores gastos que ingresos del Estado (déficit fiscal de 6,5% del Producto Interno Bruto - PIB, es decir Bs1.936 millones) y saldo negativo de las transacciones financieras con el sector externo (saldo de balanza de pagos deficitaria de USD39 millones).
Esta situación económica produjo desequilibrio macroeconómica, por ejemplo en la gestión 2002 se tuvo un déficit fiscal de 8,8% del PIB (Bs5.007 millones) y crecimiento económico lento de 2,49%.
Actualmente frente a la volatilidad económica internacional, Bolivia se encuentra al finalizar la gestión 2014, con un crecimiento económico de aproximadamente de 5%, superávit fiscal de 1,2% del PIB, Reservas Internacionales Netas de cerca USD 15.000 millones y Depósitos en el Sistema Financiero que bordean USD14.000 millones.
Estos ahorros de la economía permitirán en la presente gestión la suficiente cintura para enfrentar la volatilidad económica internacional. En este sentido, las familias, empresas y el Gobierno de Turno podrán mantener su ritmo de actividad económica.
Por otro lado, la fuerte inversión presupuestada por el Gobierno de Turno de USD6.179 millones para la presente gestión en los sectores productivo, social e infraestructura, así como las tasas de interés bajas del sistema financiero para el sector productivo posibilitaran que las empresas y familias puedan ampliar o emprender nuevas actividades económicas.
Este colchón de recursos permitirá en la presente gestión los suficientes grados de libertad para planificar decisiones inteligentes de las familias, empresas y Gobierno, para enfrentar el contexto internacional adverso, que permita proseguir en la senda de crecimiento económico de mediano plazo.
La caída de los precios de las materias primas en los mercados internacionales lleva a la pregunta: ¿terminaron los años de bonanza económica de nuestro país?, en razón que la volatilidad de la economía global afectó el crecimiento económico de América Latina y el Caribe en la gestión 2014, porque de acuerdo al Fondo Monetario Internacional (FMI) el crecimiento pronosticado fue de 1,3% y se espera una leve recuperación el 2015 (2,2%).
El crecimiento económico es un indicador del aumento del valor de bienes y servicios finales producidos por una economía y por ende mide una cierta mejora del nivel de vida de las personas.
Recordemos que en la década del noventa se presentó la crisis financiera asiática, Tequila (México), Zamba (Brasil), Tango (Argentina), en la cual nuestro país terminó la gestión 2000 con bajó crecimiento económico 2,51%, mayores gastos que ingresos del Estado (déficit fiscal de 6,5% del Producto Interno Bruto - PIB, es decir Bs1.936 millones) y saldo negativo de las transacciones financieras con el sector externo (saldo de balanza de pagos deficitaria de USD39 millones).
Esta situación económica produjo desequilibrio macroeconómica, por ejemplo en la gestión 2002 se tuvo un déficit fiscal de 8,8% del PIB (Bs5.007 millones) y crecimiento económico lento de 2,49%.
Actualmente frente a la volatilidad económica internacional, Bolivia se encuentra al finalizar la gestión 2014, con un crecimiento económico de aproximadamente de 5%, superávit fiscal de 1,2% del PIB, Reservas Internacionales Netas de cerca USD 15.000 millones y Depósitos en el Sistema Financiero que bordean USD14.000 millones.
Estos ahorros de la economía permitirán en la presente gestión la suficiente cintura para enfrentar la volatilidad económica internacional. En este sentido, las familias, empresas y el Gobierno de Turno podrán mantener su ritmo de actividad económica.
Por otro lado, la fuerte inversión presupuestada por el Gobierno de Turno de USD6.179 millones para la presente gestión en los sectores productivo, social e infraestructura, así como las tasas de interés bajas del sistema financiero para el sector productivo posibilitaran que las empresas y familias puedan ampliar o emprender nuevas actividades económicas.
Este colchón de recursos permitirá en la presente gestión los suficientes grados de libertad para planificar decisiones inteligentes de las familias, empresas y Gobierno, para enfrentar el contexto internacional adverso, que permita proseguir en la senda de crecimiento económico de mediano plazo.
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