Por: Omar A. Yujra Santos (*)
Durante los últimos meses del año pasado, mucho se habló sobre si la nacionalización de los hidrocarburos fue mera especulación, que no se realizó efectivamente y que no se ha avanzado en lo que a inversiones se refiere.
Lo cierto es que con la Ley de Hidrocarburos 3058 se refundó Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) y con la promulgación del Decreto Supremo 28701 de 1 de mayo de 2006 (de nacionalización) la propiedad, posesión y control de los hidrocarburos vuelve a manos de los bolivianos, ratificados con la aprobación de la nueva Constitución Política del Estado en 2009, después de que durante la mal llamada capitalización, la estatal petrolera fue sentenciada a ser una empresa residual, llegando a ser una oficina meramente administrativa.