Por: Miguel Angel Marañon
En el mes de abril del año en curso el Fondo Monetario Internacional publicó sus proyecciones económicas para la gestión 2017 en la cual se destaca el crecimiento de nuestro país que liderara nuevamente a América del Sur en cuanto a las variables macroeconómicas.
Respecto a estas proyecciones algunos analistas económicos no se pronunciaron, es más ahora ya no se escucha que la economía nacional está en crisis, cambiaron de discurso y esgrimen sus “análisis” en el sentido de querer inducir a la ciudadanía respecto a que la economía nacional se dirige hacia lo que se vive en Venezuela, ayudados por las imágenes y noticias espectaculares que difunden las cadenas televisivas internacionales y nacionales y más que nunca las redes sociales.
Las noticias dan la impresión de que el 100% de los venezolanos están contra el régimen, no se muestra las concentraciones oficialistas (en apoyo a Maduro), ni siquiera para criticarlas y decir que no son multitudinarias, nadie menciona el sector campesino no existe bloqueo de carreteras o algún pronunciamiento de este sector contra el gobierno, nadie habla de los milicianos bolivarianos; es cierto que la economía venezolana pasa una crisis económica muy dura que se refleja en la falta de productos y servicios, desempleo, inflación y otros datos macroeconómicos que están disminuyendo la calidad de vida.
En contraposición muy pocas cadenas noticiosas hacen referencia a la crisis argentina, nadie habla de que el hermano país soporta una inflación que en lo que va del año ya superó el 27% (según el Instituto Estadístico de los Trabajadores Argentinos), los campesinos realizaron el “verdulazo” donde regalaron sus productos porque prácticamente es insostenible la producción agropecuaria debido a la inflación, el sector de los educadores realizaron un paro nacional exigiendo la reposición del poder adquisitivo de sus salarios, los ancianos argentinos realizan protestas por la escasez y el alto costo de los medicamentos.
Ahora bien, estas crisis de derecha y de izquierda no se refleja en nuestra economía, la estabilidad política y social está respaldada por el buen manejo y crecimiento económico, las políticas sociales gozan de buena salud y tienen la correspondiente sostenibilidad financiera, el dinamismo de la economía interna que se refleja en el pago de impuestos, así como la recuperación de los precios internacionales de los commodities mejorarán los ingresos fiscales para consolidar la industrialización nacional.
Cuando los intereses políticos están sobre los intereses económicos en el análisis económico, corremos el riesgo de distorsionar la realidad, el intentar crear una inseguridad en la población con predicciones que más parecen las de un “pacpaku” que las de un profesional economista, sólo desembocaran en un desprestigio de la profesión y del profesional.
Los análisis y propuestas de profesionales economistas deberían dirigirse a una mejora de la calidad de vida de los ciudadanos, es evidente que toda persona, incluidos los economistas tenemos una posición ideológica, la cual no debe ser utilizada para querer desvirtuar los logros económicos de nuestros circunstanciales adversarios ideológicos o políticos.
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