Por: Jorge Lizarraga T.
En la evolución del sistema político y la democracia boliviana, se hizo costumbre que las autoridades electas, intenten perpetuarse en sus cargos aprovechando las debilidades de la institucionalidad democrática y los juegos de los sectores de poder que dominan el espectro electoral. Eso se traduce en un frenético afán por repostular y repostularse a cargos que solo duran cinco años, otrora cuatro años.
El pasado 21 de febrero se vivió en Bolivia y para los bolivianos en general (Interior y exterior) un hecho que marcara ciertamente el precedente único y legítimo de participación popular en un Referéndum Nacional de consulta y de ese modo viabilizar o no la modificación de la Constitución Política del Estado.
Es no menos sorprendente el resultado, aun apretado pero al fin un resultado que poco a poco ira confirmando la tendencia inicial, cual fue la victoria del No para la segunda reelección del Presidente Morales, contra un cercano y legitimo Si para su segunda reelección consecutiva.