Por: Victor Hugo Morales
En las últimas semanas ha surgido un debate ideológico muy interesante reflejado en algunos medios escritos, sobre las causas que explican la "Bonanza Económica" que vive Bolivia desde hace varios años.
La estabilidad económica puede ser considerada como un bien común, un patrimonio nacional que debe prevalecer independientemente de la ideología política del Gobierno de turno. En tal sentido, resulta reconfortante saber que el buen contexto económico en el que nos desenvolvemos los bolivianos, es producto de análisis al interior y exterior del país.
El estudio que originó el debate no es público, con todo es posible efectuar algunas consideraciones en base a opiniones vertidas por autoridades de gobiernos anteriores y reconocidos académicos.
Según la hipótesis planteada, el buen desempeño económico registrado en el país desde 2002 es resultado de un entorno externo favorable caracterizado por una mayor demanda de materias primas por parte de economías emergentes como Brasil, China e India, que incrementó los precios internacionales de hidrocarburos, metales y granos. De esta manera, los ingresos extraordinarios por exportaciones se habrían traducido en un boom de las construcciones y en la desindustrialización de la economía, al mismo tiempo.
Es indiscutible que el contexto internacional ha incidido en gran medida para que los balances macroeconómicos sean positivos. Sin embargo, el mencionado estudio parece no tomar en cuenta otros elementos que pueden explicar la actual situación económica, y por lo mismo lo llevan a conclusiones poco certeras y rebatibles.
Por ejemplo, si se observa el crecimiento del Producto Interno Bruto por actividad económica en el periodo de análisis (2006 y 2012), es claro que el buen comportamiento de la economía también responde al desempeño positivo que tuvo el sector manufacturero, que aglutina actividades relacionadas a la producción de alimentos, bebidas y tabaco, productos de refinación del petróleo, textiles, prendas de vestir y productos de cuero, que tienen relevancia por su estrecha relación con la generación de empleo.
La actividad productiva de este sector registró un crecimiento promedio del 4,8% en los últimos siete años, mayor al alcanzado en similares periodos de tiempo desde que dio inicio la década de los noventa. Lo destacable, sin embargo, es que esta actividad presentó mayor incidencia en el crecimiento total del Producto (0,8%) entre 2006 y 2012, respecto a otras actividades como las relacionadas al Petróleo Crudo y Gas Natural (0,3%); Minería (0,5%) y Construcción (0,3%).
Asimismo, el análisis no parece tomar en cuenta que el 78% del total de las importaciones registradas entre 2006 y 2012 constituyen materias primas, productos intermedios y bienes de capital que permiten la elaboración de productos con valor agregado y también promueven el desarrollo de la industria nacional.
No se estaría tomando en cuenta tampoco que en los últimos siete años el valor exportado por el sector manufacturero casi se triplicó, pasando de $us. 1.124 millones en 2006 a $us. 3.324 millones en 2012, constituyéndose en el segundo de mayor crecimiento después del agropecuario.
Finalmente, el estudio cuestionaría que el crecimiento sostenido no haya cambiado la economía boliviana. Sin embargo, el hecho de que nuestro país esté encaminado a cumplir las Metas del Milenio con las mejoras en la erradicación de la pobreza, el acceso a la educación y agua potable y reducción de la mortalidad infantil, según un informe de Unicef, es una señal de que la economía nacional realmente no está funcionado con un piloto automático, como puede entenderse de algunas opiniones vertidas al respecto.
Para terminar con esta ensalada de números y conceptos, cabe señalar que la estabilidad económica es una condición necesaria pero no suficiente para alcanzar el desarrollo, y en nuestro caso hay mucho por hacer todavía, tanto a nivel nacional como regional. En esta perspectiva, esperemos que los debates que se generen sobre el tema sean abordados de forma propositiva, bajo la premisa de que "cuando al país le va bien, nos beneficiamos todos".
http://lapatriaenlinea.com/?nota=150096
En las últimas semanas ha surgido un debate ideológico muy interesante reflejado en algunos medios escritos, sobre las causas que explican la "Bonanza Económica" que vive Bolivia desde hace varios años.
La estabilidad económica puede ser considerada como un bien común, un patrimonio nacional que debe prevalecer independientemente de la ideología política del Gobierno de turno. En tal sentido, resulta reconfortante saber que el buen contexto económico en el que nos desenvolvemos los bolivianos, es producto de análisis al interior y exterior del país.
El estudio que originó el debate no es público, con todo es posible efectuar algunas consideraciones en base a opiniones vertidas por autoridades de gobiernos anteriores y reconocidos académicos.
Según la hipótesis planteada, el buen desempeño económico registrado en el país desde 2002 es resultado de un entorno externo favorable caracterizado por una mayor demanda de materias primas por parte de economías emergentes como Brasil, China e India, que incrementó los precios internacionales de hidrocarburos, metales y granos. De esta manera, los ingresos extraordinarios por exportaciones se habrían traducido en un boom de las construcciones y en la desindustrialización de la economía, al mismo tiempo.
Es indiscutible que el contexto internacional ha incidido en gran medida para que los balances macroeconómicos sean positivos. Sin embargo, el mencionado estudio parece no tomar en cuenta otros elementos que pueden explicar la actual situación económica, y por lo mismo lo llevan a conclusiones poco certeras y rebatibles.
Por ejemplo, si se observa el crecimiento del Producto Interno Bruto por actividad económica en el periodo de análisis (2006 y 2012), es claro que el buen comportamiento de la economía también responde al desempeño positivo que tuvo el sector manufacturero, que aglutina actividades relacionadas a la producción de alimentos, bebidas y tabaco, productos de refinación del petróleo, textiles, prendas de vestir y productos de cuero, que tienen relevancia por su estrecha relación con la generación de empleo.
La actividad productiva de este sector registró un crecimiento promedio del 4,8% en los últimos siete años, mayor al alcanzado en similares periodos de tiempo desde que dio inicio la década de los noventa. Lo destacable, sin embargo, es que esta actividad presentó mayor incidencia en el crecimiento total del Producto (0,8%) entre 2006 y 2012, respecto a otras actividades como las relacionadas al Petróleo Crudo y Gas Natural (0,3%); Minería (0,5%) y Construcción (0,3%).
Asimismo, el análisis no parece tomar en cuenta que el 78% del total de las importaciones registradas entre 2006 y 2012 constituyen materias primas, productos intermedios y bienes de capital que permiten la elaboración de productos con valor agregado y también promueven el desarrollo de la industria nacional.
No se estaría tomando en cuenta tampoco que en los últimos siete años el valor exportado por el sector manufacturero casi se triplicó, pasando de $us. 1.124 millones en 2006 a $us. 3.324 millones en 2012, constituyéndose en el segundo de mayor crecimiento después del agropecuario.
Finalmente, el estudio cuestionaría que el crecimiento sostenido no haya cambiado la economía boliviana. Sin embargo, el hecho de que nuestro país esté encaminado a cumplir las Metas del Milenio con las mejoras en la erradicación de la pobreza, el acceso a la educación y agua potable y reducción de la mortalidad infantil, según un informe de Unicef, es una señal de que la economía nacional realmente no está funcionado con un piloto automático, como puede entenderse de algunas opiniones vertidas al respecto.
Para terminar con esta ensalada de números y conceptos, cabe señalar que la estabilidad económica es una condición necesaria pero no suficiente para alcanzar el desarrollo, y en nuestro caso hay mucho por hacer todavía, tanto a nivel nacional como regional. En esta perspectiva, esperemos que los debates que se generen sobre el tema sean abordados de forma propositiva, bajo la premisa de que "cuando al país le va bien, nos beneficiamos todos".
http://lapatriaenlinea.com/?nota=150096
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