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miércoles, 3 de julio de 2013

Cuidemos a la gallina de los huevos de oro

Por: Laura Hurtado de Mendoza 
Como todos los años, las negociaciones por el incremento salarial entre trabajadores, gobierno y privados toman matices más oscuros, haciendo intensiva la pulseta entre estos sectores, los primeros exigen todo lo que necesitan y un poco más, pues saben que en este tira y afloje muchos sueños quedarán rezagados.

Al final sale humo blanco, satisfechos por la conquista hasta el próximo abril que el tema volverá a llenar los encabezados de los diarios.

Sin embargo, cada año la negociación se hace más dura, los recursos no crecen a la velocidad de las exigencias; el gobierno implementa nuevas políticas sociales para el vivir bien y los mercados se tornan más estrechos y competitivos para los productores.
 
Al evaluar el incremento salarial en las empresas, es importante tomar en cuenta la salud financiera de éstas, precautelando que exista el dinero suficiente para pagar las deudas y continuar con las operaciones, compra de materias primas, insumos y pago mensual de los recursos humanos. Asimismo, este capital de trabajo debe mostrarse fuerte y sostenible, capaz de soportar más de una vez la planilla salarial, cuidando que todos gocen del beneficio en gestiones futuras.
 
Por otra parte, es común que se determine el éxito de la empresa por la utilidad neta, siendo que ésta puede ser ficticia, cubierta con ingresos extraordinarios o disfrazada con activos financieros que al final del día deben ser pagados, quitando liquidez a la empresa y en muchas ocasiones detonando una quiebra técnica.
 
En este contexto, las empresas deberán presentar utilidades por el rubro en el que se desenvuelven, puesto que esas son recurrentes, pueden ampliarse e incrementar en el tiempo, de acuerdo con el crecimiento del mercado y la diversificación de productos. Así, podemos utilizar este excedente para incrementar salarios.
 
Ahora es tiempo de hacer una pausa en el camino y reflexionar sobre la importancia de la sostenibilidad de las fuentes de trabajo, cambiar el argumento de exigencia de mayores sueldos por gestiones empresariales más eficientes.
 
Así cada gerencia se concentrará en ampliar mercados y reducir costos sin afectar los ingresos a los trabajadores; por su parte, el gobierno concentrará sus esfuerzos en la búsqueda de mejores condiciones en mercados externos para el crecimiento de todos los sectores. Estas acciones conjuntas derivarán en mejores ingresos, mayores fuentes de trabajo y estabilidad laboral.
 
Finalmente, permítanme hacer la analogía con la fábula de la gallina de los huevos de oro, no seamos como aquel granjero que decidió matarla por la ilusión de tener mucho dinero y se quedó sin su fuente de riqueza.

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