Por: Zenón Mamani Ticona (*)
En
estos últimos días, hemos visto a dirigentes universitarios y rectores
de universidades demandando más recursos del Tesoro General de la Nación
(TGN) para gastar en salarios, y como un ciudadano más de este país, no
hemos escuchado propuestas que realmente revolucionen la educación
superior. Esta situación, me lleva a analizar la información financiera
de las casas superiores de estudio con datos del Ministerio de Economía y
Finanzas Públicas, publicada en su página web.
Las
universidades en 2011 por transferencias del Estado han recibido 2.698
millones de bolivianos, más del doble de lo recibían en la gestión 2005.
En el presupuesto de esta gestión tienen programados recibir 2.842
millones de bolivianos (414 millones de dólares).
En
2012, las universidades cuentan con un presupuesto de 5.016 millones de
bolivianos, de los cuales se destinan en un 83% a gasto corriente. Es
importante señalar que cuatro universidades cuentan con mayor
presupuesto que alcanza a 67%, entre ellas se encuentra las
Universidades Mayor de San Andrés (24%), Gabriel René Moreno (18%),
Mayor San Simón (16%) y San Francisco Xavier (10%).
El
gasto en salarios de las universidades alcanza a 2 mil millones de
bolivianos, casi la mitad del presupuesto de funcionamiento (representa
48%). El 91% de estos gastos, están financiados con las transferencias
del Tesoro General de la Nación (777 millones de bolivianos, con
recursos de Subvención del TGN y 1.044 millones de bolivianos con
recursos de coparticipación tributaria).
Si
evaluamos la ejecución presupuestaria de las casas superiores de
estudio, a 8 meses de la presente gestión, sólo ejecutaron un 32% de su
presupuesto, en gasto corriente 35% e inversión 18%, y tienen saldos en
sus cuentas bancarias más 2.036 millones de bolivianos. Por tanto,
observando los datos, podríamos decir que las universidades no tienen
capacidad de ejecución de los recursos que el Estado asigna, con el
dinero que cada ciudadano o empresa paga su impuesto, para que estas
instituciones funcionen.
Más
al contrario, donde supuestamente se forman profesionales y los
recursos humanos calificados, deberían ser las universidades que tengan
mayor porcentaje de ejecución y enseñen al resto de las instituciones
públicas a planificar y administrar los recursos, pero lamentablemente,
no sucede esta situación.
Suponiendo
que el Estado es el papá, padre de familia con bajos ingresos que trata
de luchar todos los días para tener un mejor futuro, y tiene un hijo de
20 años que sólo pide dinero para paseos, viajes, fiestas y otros. ¿Qué
diría usted al respecto? Con seguridad lo pensamos dos veces, y
preferimos no darle los gustitos, hasta que aprenda a estudiar y
trabajar. Si este hijo nos pide dinero para estudiar, realizar trabajos
de investigación técnica y científica, creo que como padres nos
sacrificamos y le asignamos más recursos, porque sabemos que nuestro
hijo tendrá un mejor futuro.
Creo
que el caso de las universidades, son como hijos caprichosos y
malcriados que solamente piden dinero para gastar en salarios y no para
realizar centros de investigación y desarrollo tecnológico; no tenemos
universidades que formen recursos humanos que estén revolucionando la
tecnología, y creo que tienen suficientes recursos como para encarar
estas tareas frente a la ciudadanía boliviana.
(*) Es analista económico
Publicado en La Época el 10/09/2012
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