Por: Miguel Marañon
Días atrás me sorprendió ver un “análisis económico” realizado por una socióloga, sobre las empresas públicas en Bolivia, teniendo como base de su análisis la publicación del CEDLA, al respecto no cabe otra alternativa que suponer que el mencionado análisis está incompleto, ya que de otra manera podría establecerse que dicha opinión tendría un direccionamiento político preestablecido.
Muy fácilmente analiza el Presupuesto General del Estado (PGE) indicando que del total del GASTO, el 32% está destinado a las empresas públicas y solo el 9% a los municipios, 5% a las Gobernaciones y 2% universidades, pero “olvida” que el presupuesto consta también de INGRESOS, porque si incluiría en su análisis (los ingresos) se percataría que el 36% lo generan la empresas públicas y solo el 4,14% los Municipios, 1,24% las Gobernaciones y 1,10% las Universidades, a todas luces se podría decir que los Municipios Gobernaciones y Universidades son deficitarias pero cometeríamos un grave error ya que la finalidad de estas entidades no es precisamente generar utilidades.
Indica también que 32 empresas estatales administraron siete veces más que 339 municipios, y eso es muy lógico ya que 32 empresas estatales generan casi 10 veces más ingresos que lo que generan 339 municipios; asimismo, hace una suma aritmética indicando que por el lado del gasto el 32% de las empresas y el 49% del Órgano Ejecutivo, el Nivel Central del Estado administra el 81% del Presupuesto, pero olvida que por el lado de los ingresos el nivel Central del Estado genera cerca del 95% de los ingresos (incluidas las Empresas Estatales).
Se sobresalta al indicar que entre las empresas nacionales acumularon el 98% de la administración y solo el 2% en empresas regionales (municipales y departamentales) y esta ineficacia de los Municipios y Gobernaciones es clara ya que existe la normativa para que puedan crear empresas departamentales y municipales productivas y no solo de servicios, incluso tienen la posibilidad de incluir al nivel central en la participación de estas empresas, sin embargo el carácter de hacer a las Gobernaciones y Municipios como entidades solo de servicio limita su iniciativa de realizar diseños productivos.
En este aspecto se debe considerar que las empresas estatales no siempre tienen que tener como fin principal las utilidades (si tienen utilidad mejor), por ejemplo la Empresa Boliviana de la Almendra (deficitaria en 2016 y 2017, debido a que la crisis financiera internacional redujo las exportaciones) logró incorporar a los trabajadores castañeros (sobre todo campesinos) a la formalidad, otorgando un trabajo estable y bien remunerado y no como en antaño donde incluso llegaban a trabajar gratis para los grandes empresarios, con el pretexto de “deudas heredables (de padres a hijos)”, la Empresa de Apoyo a la Producción de Alimentos (EMAPA) que tiene como objetivo intervenir en el mercado de alimentos para evitar la especulación que pudiera darse.
El análisis económico financiero debe realizarse de manera integral y completa, porque si solo se analiza desde un solo punto de vista se distorsiona los datos y se puede concluir cualquier cosa, como alguien decía los datos no mienten, pero hay mentirosos que utilizan datos para sacar conclusiones que no reflejan la realidad.
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