Por: Carlos Tudela Ocampo
Recientemente al calor de una coyuntura político-mediática, algunos actores del quehacer nacional así como un periodista internacional, han estado difundiendo una serie de afirmaciones especulativas, mediante las cuales pretenden posicionar la idea de que en Bolivia se estaría atravesando por un proceso de corrupción masiva, sobre el argumento de que se utilizan Contrataciones Directas como sinónimo de corrupción. Sin embargo, corresponde analizar con datos ciertos, si estas aseveraciones son fundadas y obedecen a la realidad.
Habrá que empezar señalando entonces, que de acuerdo a los datos publicados por Transparencia Internacional (Transparency International) en su “Índice de Percepción de Corrupción” (Corruption Perceptions Index), en 1997 Bolivia ocupó el puesto 2 a nivel mundial en “Corrupción” después de Nigeria, y que entre los años 1996 y 2005 Bolivia osciló entre el puesto 2 al puesto 12 (entendiendo que el puesto 1 bajo la inversión de la lista, corresponde al país más corrupto). Por otra parte, contrariamente a lo que se pretende hacer creer, también se observa que, según el Índice del referido Organismo Internacional, el año 2006 Bolivia pasa a ocupar el puesto 58, el mismo que va en una escala ascendente, y que oscila durante los años 2006 a 2015 entre los puestos 58 al 78, evidenciándose conforme a Transparencia Internacional, que hubo un salto cualitativo en la disminución de la corrupción en nuestro país (Fuente: www.transparency.org).
Por otra parte, en razón de la contingencia política acaecida en Bolivia entre el 2000 y el 2005, el enfoque político y económico nacional desde el año 2006 ha dado un giro copernicano desde sus bases, permitiendo que el Estado asuma un papel protagónico en la economía, principalmente a través de una mayor Inversión Pública, la misma que necesita de una agilidad en su gestión que minimice la burocrática gestión por procedimiento y priorice una gestión por impacto o por satisfacción.
Conforme a lo anterior, la inversión pública nacional sube de $us 629 millones el año 2005 a $us 4.892 millones el año 2015, y de la misma manera, en este periodo, las Empresas Públicas Nacionales Estratégicas se incrementan en número de 6 a 25; precisando adicionalmente, que la Contratación Directa y por Excepción, están contempladas dentro del marco normativo vigente y no constituyen actos irregulares como se pretende señalar.
Conforme a los argumentos precedentes, afirmar que Bolivia se encuentra inmersa en la corrupción, obedece solamente a una visión política sesgada y direccionada, alejada de la realidad y que queda desmentida en los hechos, puesto que la Bolivia del 2015 respecto a la Bolivia del 2005, de acuerdo a los datos que se detallan precedentemente, ha tenido un crecimiento exponencial en la Inversión y un decrecimiento claro en materia de Corrupción.
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