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sábado, 26 de marzo de 2016

China y sus créditos

Por: Miguel Marañon
Uno de los últimos temas en los que se habla de economía tiene que ver con los “Capitales Financieros Chinos”. Sin embargo, para contextualizar el mismo, recordemos que en la década de los 90 y con más fuerza a principios de la década del 2000, la República Popular de China empezó a mostrarse como una de las primeras economías mundiales, a tal punto que en la actualidad es la mayor acreedora de los Estados Unidos. (Véase que adquirió bonos de la Reserva Federal de Estados Unidos por $us 1,26 billones)

Bajo esta política de expandir su poderío financiero, China empieza a “acercarse” a los países de América Latina, entendiendo además que la Política Financiera de los Estados Unidos se veía priorizada por los acontecimientos de Oriente Medio, descuidando completamente a América Latina, e incluso vertiendo declaraciones a través de algunos políticos que la calificaron como el “patio trasero de los Estados Unidos”. En ese sentido, es que el mercado de las finanzas latinoamericanas queda abierto para recibir recursos frescos de la China.

Durante la década del 2000, la China empieza a promocionar entre los países latinoamericanos claras ventajas financieras respecto a la mayoría de los créditos “tradicionales”; como ser, menor tasa de interés (2,69%), de 3 a 5 años de gracia de acuerdo al tipo de inversión y otras que resultaban muy convenientes.

Respecto a los productos de origen chino se debe resaltar que los Estados Unidos (uno de los mercados más exigentes en cuanto a calidad), importa productos chinos por un valor de $us 423 mil millones que van desde computadoras, sistemas electrónicos, vehículos así como vestimenta y otros accesorios.

En 2004 el presidente Carlos Mesa firma el primer convenio de crédito chino, el mismo que se lo realiza por las ventajas técnicas, económicas y financieras ofrecidas, y no así por una prioridad político-ideológico o algún interés particular que pudiera haber existido por parte de los funcionarios de gobierno, incluyéndose en este paquete el suscrito presidente las adjudicaciones de la empresa china CAMC.

Desde el 2004 a la fecha, las condiciones técnico-financieras ofrecidas por la República Popular China no han cambiado, lo que si cambió, fue la intención del querer mezclar temas “de cocina” con aspectos netamente técnicos, económicos y financieros.

Conforme a lo anterior, resulta irrisorio hacer caso de malos consejos para querer dejar de lado los acuerdos financieros con China, por lo que quienes sugieren aquello, paralelamente deberían proponer otras alternativas, ya sea con otros países u organismos de cooperación financiera, que mejoren o por lo menos igualen las condiciones ofrecidas por el gigante asiático.

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