En estos días se escucha habitualmente en algunas de las campañas políticas rumbo a las elecciones presidenciales de 2014, la palabra “despilfarro” refiriéndose a las los gastos que realizo el Gobierno central en diferentes bienes adquiridos para el uso sobretodo del Presidente del Estado, pero debemos preguntarnos si realmente es un “despilfarro” o es algo necesario.
Podemos imaginarnos un escenario cualquiera, donde usted, es un vendedor de algún bien o servicio y necesita mostrar una excelente presencia personal a su potencial comprador, pues usted necesitaría un buen terno, una buena camisa, corbata y, sobre todo, unos buenos zapatos.
Todos los gastos que usted haga en este sentido serán parte de una inversión para poder lograr de mejor manera su meta. Lo mismo sucede con las compras que realizó, como autos, aviones, helicópteros son en beneficio de una mejor Gestión de Estado.
Vale la pena mencionar que, todos estos vehículos son activos fijos que son ya parte de la propiedad del Estado y no de las autoridades de turno, lo cual viéndolo desde este punto de vista no es un “despilfarro”.
Un despilfarro verdadero fue el que hubo en el pasado, con los Gastos Reservados, los cuales eran parte del gasto corriente de los gobiernos de turno antes de 2005 los cuales no tenían ninguna fiscalización en cuanto al destino que tomaban.
Solo revisando algunas cifras los gastos reservados entre 1998 y 2005 alcanzaron cifras promedio de 116 millones de bolivianos, una impresionante cantidad de dinero que para para un Tesoro General de la Nación que en esa época estaba prácticamente quebrado, con dos décadas de déficits consecutivos, era un gasto innecesario, en pocas palabras un “despilfarro”.
Hay que ser sinceros en algo, estos bienes comprados por el Estado, si son lujosos, pero fueron comprados por el gobierno teniendo una mayor solvencia económica y con el propósito de tener una gestión de gobierno más eficiente.
Para terminar, hay que tener en cuenta algo muy importante, el actual Servidor Público, antiguamente llamado funcionario público, tiene como principal función la de servir a la patria, no la de servirse de la patria, ya que sirviendo a la patria desde donde uno esté, se podrá construir un mejor país.
Podemos imaginarnos un escenario cualquiera, donde usted, es un vendedor de algún bien o servicio y necesita mostrar una excelente presencia personal a su potencial comprador, pues usted necesitaría un buen terno, una buena camisa, corbata y, sobre todo, unos buenos zapatos.
Todos los gastos que usted haga en este sentido serán parte de una inversión para poder lograr de mejor manera su meta. Lo mismo sucede con las compras que realizó, como autos, aviones, helicópteros son en beneficio de una mejor Gestión de Estado.
Vale la pena mencionar que, todos estos vehículos son activos fijos que son ya parte de la propiedad del Estado y no de las autoridades de turno, lo cual viéndolo desde este punto de vista no es un “despilfarro”.
Un despilfarro verdadero fue el que hubo en el pasado, con los Gastos Reservados, los cuales eran parte del gasto corriente de los gobiernos de turno antes de 2005 los cuales no tenían ninguna fiscalización en cuanto al destino que tomaban.
Solo revisando algunas cifras los gastos reservados entre 1998 y 2005 alcanzaron cifras promedio de 116 millones de bolivianos, una impresionante cantidad de dinero que para para un Tesoro General de la Nación que en esa época estaba prácticamente quebrado, con dos décadas de déficits consecutivos, era un gasto innecesario, en pocas palabras un “despilfarro”.
Hay que ser sinceros en algo, estos bienes comprados por el Estado, si son lujosos, pero fueron comprados por el gobierno teniendo una mayor solvencia económica y con el propósito de tener una gestión de gobierno más eficiente.
Para terminar, hay que tener en cuenta algo muy importante, el actual Servidor Público, antiguamente llamado funcionario público, tiene como principal función la de servir a la patria, no la de servirse de la patria, ya que sirviendo a la patria desde donde uno esté, se podrá construir un mejor país.
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