Traductor

miércoles, 27 de agosto de 2014

Bolivia, un país solvente

Por: Adriana Valle Rojas
Con los recientes acontecimientos que dieron como resultado un default técnico de la deuda argentina, y algunas susceptibilidades que podrían existir sobre la probabilidad que tendría nuestro país de enfrentar una situación similar al caso argentino, me permito realizar algunas precisiones técnicas y factuales sobre el riesgo de default en el contexto boliviano.

En el ámbito financiero, un default es la omisión de cumplir con obligaciones de pago derivadas de un préstamo. Cuando un país no paga los intereses, o el principal de sus bonos, se dice que "entró en default”. Esto puede deberse a que el país está sobreendeudado y no tiene los fondos suficientes para hacer frente a sus obligaciones.

Otro motivo puede ser que el país esté en condiciones de pagar una deuda, pero no pueda hacerlo por motivos técnicos, como ocurrió con Argentina, que tenía las condiciones para pagar a los bonistas, pero no pudo hacerlo por un fallo que dispuso que si no pagaba lo reclamado por los fondos buitre, tampoco podía pagar al resto de los bonistas.

Bajo estas precisiones, quiero recordar al lector que hoy en día Bolivia es uno de los países con mayor capacidad de endeudamiento en la región, pues cuenta con un amplio margen para endeudarse sin enfrentar riesgos de sobreendeudamiento.

Esto se encuentra reflejado en los indicadores de sostenibilidad de deuda que se mantienen por debajo de los umbrales internacionalmente aceptados.

La fortaleza económica que ha demostrado nuestro país en los últimos años, respaldada por el creciente nivel en las reservas internacionales (cuyo ratio respecto a la deuda externa asciende a 312%), hacen que se tenga una cobertura natural ante posibles shocks negativos en los precios de las materias primas.

Más aun, las calificaciones de riesgo crediticio, asignadas a Bolivia por las agencias de calificación internacionales, son las más altas de nuestra historia. En mayo de este año, la agencia Standard & Poor’s asignó al país, por primera vez, una calificación de BB, sólo dos escalones por debajo del grado de inversión.

La agencia destacó el crecimiento económico sostenido, la amplia liquidez externa y los superávits fiscales y de cuenta corriente registrados en los últimos años, lo que da a la economía nacional una mayor capacidad para resistir shocks negativos.

De igual forma, la calificadora Fitch Ratings mejoró la perspectiva de la calificación de riesgo de Bolivia, ratificando el crecimiento de la economía y su potencial para expandirse a largo plazo.

A estos aspectos se suma un factor muy importante: el tipo de inversionistas que adquirieron los bonos soberanos bolivianos. Gran porcentaje de las dos emisiones de bonos soberanos fueron adquiridos por inversionistas institucionales, principalmente de Estados Unidos, Europa y Latinoamérica.

Gracias a la actual solvencia económica, Bolivia no enfrenta ningún problema para cumplir con sus obligaciones, motivo por el cual los bonos bolivianos no son atractivos para los fondos buitre y, por tanto, nuestros bonos no tienen el riesgo de default técnico que enfrentaron los bonos argentinos.

Con todo, Bolivia es un país solvente que está lejos de tener problemas para honrar sus obligaciones de deuda. El récord crediticio demostrado en los últimos años llevó a que el país, hoy en día, tenga un mayor acceso a distintas fuentes de financiamiento externo, lo que refleja la confianza que tienen los acreedores externos e inversionistas internacionales en nuestra economía y la posibilidad de apalancamiento de los proyectos de inversión estratégicos que vienen siendo ejecutados.
 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Por favor, ingrese sus comentarios sobre el artículo aquí: