Por: Gabriela Aranibar
A pesar de la aparición de teorías económicas que tratan de explicar la coyuntura económica mundial, observamos que presentan cierta complejidad al explicar las causas del surgimiento de fenómenos económicos. Sin embargo, en algunos casos olvidamos los actores principales de cada suceso, las personas “agentes económicos”.
Para tratar este tema nos remontaremos a 1936 cuando J. M. Keynes en su libro “Teoría General de la Ocupación, el Interés y el Dinero”, impone por primera vez el término Animal Spirits considerándolo comola psicología irracional del hombre de negocios, quese encuentra en función del optimismo presentado en el instante exacto que se recibe información, dejando de lado las previsiones propias que podrían considerarse como oportunas.
Es por tal que el nivel de confianza individual que se tiene en un futuro cercano contribuye a que una política económica tengaefecto, conduzca a resultados inesperados o se convierta en obsoleta.
Un individuo con la esperanza que su futuro a corto plazo mejorará,tomará decisiones que según él serán las más acertadas para su bienestar, por lo que incrementará sus gastoso ahorrará en mayor medida. En un caso contrario,se encontrará en la disyuntiva de cuánto debe ahorrar y cuando de gastar.
Aplicando lo descrito a nuestra realidad, observamos similitudes a lo enunciado por Keynes, pero la principal pregunta es ¿cómo se llega a homogeneizar una misma actitud? y ¿cómo llegamos a contagiarnos todos?
Tomando el ejemplo de que se tenga dos productos como el pan y la gaseosa, y ambos incrementan sus precios, ¿por cuál producto nos veríamos más afectados?, claramente sería por el primero, a pesar que para su realización no es necesario un proceso complejoque impliquegrandes corporaciones.
Los productos de consumo masivo que se encuentran arraigados a nuestro consumo diario ya sea por costumbre social o por necesidad, son los que producen impacto en nuestro cotidiano vivir. Los productorestanto de pequeña y mediana escala, sometidos a cambios bruscos que afectan sus ingresos y que enfrentan varias limitaciones para mantener una oferta constante poseen la capacidad de crear conmociones coyunturales del momento, principalmente por siguientes aspectos:.
Lanecesidad de justicia en el momento de obtener un mismo nivel de bienestar igual a los demás por lo que se tomará las acciones necesarias en caso de verse perjudicado u olvidado.
La ilusión monetaria ante la especulación de una presunta inflación tomará acciones por parte de la ciudadanía,como el incremento de precios por parte de los productores y en el caso de los consumidores el aumento de su demanda ante productos de primera necesidad, por lo que el nivel de pánico es tan alto que se olvida las políticas efectuadas por el gobierno, lo que produce que estos incrementos sean innecesarios.
Y por último la memoria colectiva, que representa las experiencias generales pasadas que estimulan el comportamiento del presente.
Para tratar este tema nos remontaremos a 1936 cuando J. M. Keynes en su libro “Teoría General de la Ocupación, el Interés y el Dinero”, impone por primera vez el término Animal Spirits considerándolo comola psicología irracional del hombre de negocios, quese encuentra en función del optimismo presentado en el instante exacto que se recibe información, dejando de lado las previsiones propias que podrían considerarse como oportunas.
Es por tal que el nivel de confianza individual que se tiene en un futuro cercano contribuye a que una política económica tengaefecto, conduzca a resultados inesperados o se convierta en obsoleta.
Un individuo con la esperanza que su futuro a corto plazo mejorará,tomará decisiones que según él serán las más acertadas para su bienestar, por lo que incrementará sus gastoso ahorrará en mayor medida. En un caso contrario,se encontrará en la disyuntiva de cuánto debe ahorrar y cuando de gastar.
Aplicando lo descrito a nuestra realidad, observamos similitudes a lo enunciado por Keynes, pero la principal pregunta es ¿cómo se llega a homogeneizar una misma actitud? y ¿cómo llegamos a contagiarnos todos?
Tomando el ejemplo de que se tenga dos productos como el pan y la gaseosa, y ambos incrementan sus precios, ¿por cuál producto nos veríamos más afectados?, claramente sería por el primero, a pesar que para su realización no es necesario un proceso complejoque impliquegrandes corporaciones.
Los productos de consumo masivo que se encuentran arraigados a nuestro consumo diario ya sea por costumbre social o por necesidad, son los que producen impacto en nuestro cotidiano vivir. Los productorestanto de pequeña y mediana escala, sometidos a cambios bruscos que afectan sus ingresos y que enfrentan varias limitaciones para mantener una oferta constante poseen la capacidad de crear conmociones coyunturales del momento, principalmente por siguientes aspectos:.
Lanecesidad de justicia en el momento de obtener un mismo nivel de bienestar igual a los demás por lo que se tomará las acciones necesarias en caso de verse perjudicado u olvidado.
La ilusión monetaria ante la especulación de una presunta inflación tomará acciones por parte de la ciudadanía,como el incremento de precios por parte de los productores y en el caso de los consumidores el aumento de su demanda ante productos de primera necesidad, por lo que el nivel de pánico es tan alto que se olvida las políticas efectuadas por el gobierno, lo que produce que estos incrementos sean innecesarios.
Y por último la memoria colectiva, que representa las experiencias generales pasadas que estimulan el comportamiento del presente.
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