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miércoles, 2 de julio de 2014

El pacto de Fausto


Por: Carlos Tudela Ocampo
Durante la presente gestión son varios los actores sociales que han hablado acerca de un nuevo pacto fiscal y su pertinencia, un “pacto” que jurídicamente se encuentra previsto por nuestra economía normativa y que tiene por finalidad generar un diálogo de concertación en referencia a la generación, distribución y destino de los recursos públicos, para poder alcanzar un acuerdo entre los actores socioculturales, económicos y políticos de Bolivia, a fin de definir las bases del crecimiento de nuestro Estado a mediano y largo plazo, permitiendo promover el desarrollo, superar la pobreza y también la posible falta de equidad en la generación, administración y distribución de la riqueza.

Consecuentemente, un pacto fiscal no puede reducirse a un simple ajuste en la distribución de recursos, sino que previamente debe superar los paradigmas de una gestión pública burocrática y cortoplacista, por una gestión oportuna, transparente y con calidad, que tenga proyecciones a mediano y largo plazo.

En este sentido, preocupa que algún partido político que pretende participar en las elecciones nacionales, en una lógica electoralista, proponga a la población su propia versión de pacto fiscal, con una visión reducida a un simple pacto rentista que se centra principalmente en proponer una antojadiza distribución de los ingresos, sin profundizar siquiera un poco en cómo se generarán estos recursos que se pretende distribuir. Por otra parte, también es clara la intencionalidad de querer con este pacto echar mano de las recaudaciones tributarias. Finalmente, es alarmante la fuerte carga electoralista aparejada al discurso demagógico con que promueve su propuesta de pacto fiscal, sin tomar en cuenta que este es un tema pendiente del proceso constituyente, fundamental para el desarrollo de nuestro país, y por tal motivo debería ser abordado con absoluta imparcialidad y mucha responsabilidad.

Por todo lo señalado, llevar adelante un acuerdo fiscal según la propuesta de este partido político sería como hacer un pacto con Mefistófeles (El Diablo) al igual que Fausto, el personaje de la obra trágica de Goethe que intercambia su alma a cambio de conocimiento y placeres mundanos. No olvidemos que en la obra literaria Mefistófeles le ofrece a Fausto hacer todo lo que quiera mientras viva en la tierra, a cambio de que éste le sirva en la otra vida, induciéndole a creer que podía manipular y dominar al Diablo; pero al final Mefistófeles es quien conduce a Fausto según su deseo, para que éste se entregue a sus diabólicos juegos. De la misma manera hoy en día estos grupos políticos ofrecen un pacto fiscal seductor y engañoso a cambio de la confianza de la gente, induciéndola a vender su alma por nada, pues al final de todo esto, ese acuerdo propuesto seguramente es un “pacto con el Diablo”.

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