La universidad pública boliviana juega un rol sumamente importante en nuestra sociedad, puesto que dota de profesionales para que puedan aportar al desarrollo y superación de las entidades donde prestan sus servicios, consiguientemente a la sociedad y por ende al Estado.
Empero cabe la pregunta: ¿Qué tan evidente y real se hace este rol en la actualidad?, ciertamente es necesario remitirnos a datos que reflejen la situación en la que nos encontramos pero en este ínterin aún es posible de que algunos datos queden flotando y no sean plasmados en cifras, puesto que como expresa el mexicano Rodríguez Manzaner “La estadística es como la minifalda de una señorita, es más lo que sugiere que lo que muestra”.
Empero cabe la pregunta: ¿Qué tan evidente y real se hace este rol en la actualidad?, ciertamente es necesario remitirnos a datos que reflejen la situación en la que nos encontramos pero en este ínterin aún es posible de que algunos datos queden flotando y no sean plasmados en cifras, puesto que como expresa el mexicano Rodríguez Manzaner “La estadística es como la minifalda de una señorita, es más lo que sugiere que lo que muestra”.
Un problema que se hace evidente a la luz de la sociedad, de acuerdo a los datos del Comité Ejecutivo de la Universidad Boliviana (CEUB), es que desde la gestión 2006 hasta el 2012 las universidades a nivel nacional matricularon a 2.274.000 estudiantes de los cuales solo 119.791 lograron titularse, es decir que solo un 5% del total matriculado logro titularse. Esto, sin duda, refleja una situación por demás alarmante.
Se puede observar con claridad que tal situación no corresponde de ninguna manera a factores presupuestarios como alega el representante ejecutivo del CEUB, Eduardo Cortez, quien afirma que en todo el sistema boliviano el mayor factor de deserción y ampliación de la permanencia de los estudiantes en la universidad está determinado por las condiciones socioeconómicas de los estudiantes.
Tal afirmación debe manejarse con cuidado puesto que las cifras de transferencias a las universidades por el Gobierno Central han crecido de sobremanera en los últimos años. De acuerdo a datos publicados en la red social twitter por el Ministerio de Economía y Finanzas Públicas, las transferencias alcanzaron en la gestión 2006 a Bs1.595 millones y en 2012 a Bs3.200 millones lo que representa un crecimiento de 101%. Recursos existen lo que hace falta es capacidad de gestión.
Las pugnas por más presupuesto aún continúan latentes pese a que en años anteriores se mostraron datos objetivos de la ineficiente ejecución presupuestaria y grandes montos en las cuentas de caja y bancos de las Casas Superiores de estudio, ahora que nuevamente se pone en la mesa de debate este tema, cabe señalar una vez más, que la cuantía a la que alcanza los saldos a nivel nacional asciende a Bs 2.675 millones sin ir tan lejos las universidades del Departamento de La Paz (UMSA y UPEA) cuentan con un saldo de Bs 633,4 millones la primera y de Bs 215,6 millones la segunda.
Es difícil asimilar como las universidades prestan más atención en elevar el presupuesto para favorecer a determinados grupos a nivel interno que en fortalecer la calidad del aprendizaje en aulas y eliminar la gestión burocrática dentro del sistema universitario.
El nivel de profesionales que la universidad presenta cada año hace que pongamos en tela de juicio el verdadero rol que esta debería cumplir en nuestra sociedad. Es preciso evaluar la calidad de profesionales que se están formando y sobre todo se hace imperante transparentar la gestión en el manejo y ejecución de los recursos puestos a su disposición para su reorientación hacia un buen uso.
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