Por: Leoncio Gonzales Selaru (*)
En los pasados días se ha leído
en la prensa nacional que una nueva ley del Banco Central de Bolivia (BCB) le
quitaría la “independencia” al ente emisor para permitir al Ejecutivo
“manosearlo” con fines políticos.
No debe sorprender leer
afirmaciones de ese tipo hoy en día por parte de algunos “analistas” que hablan
simplemente de memoria y hacen especulaciones
La Ley No. 1670 de 31 de octubre
de 1995 (normativa vigente del BCB), en su artículo 1 establece claramente que
el BCB es una institución de carácter autárquico y no “independiente”, cuenta
con un Presidente y un Directorio que dirigen al BCB.
La actual Constitución Política
del Estado, en su artículo 326, menciona que el Estado, a través del Órgano
Ejecutivo, será quien determine los objetivos de la política monetaria y
cambiaria, en coordinación con el BCB.
Cada año el BCB y el Ministerio
de Economía y Finanzas Públicas suscriben un compromiso para preservar la estabilidad
macroeconómica del país llamado “Programa Fiscal – Financiero” en el que se
plasman las metas de crecimiento económico, inflación, tipo de cambio y déficit
fiscal, entre otros. De esta forma, la política económica en el país se
coordina cada gestión entre ambas entidades. De esta manera se transmiten
señales de plena certidumbre a los agentes económicos. El ascenso de la
inversión en el país se explica, entre otros aspectos, porque ambas
instituciones han creado un entorno favorable para el crecimiento.
Por otra parte, persisten las comparaciones con la década de los 80 rememorando un trauma colectivo que vuelve a la retina de quienes lo sufrieron en el pasado: la hiperinflación. En aquel entonces no se tenía este tipo de programas de política económica, se hacían aumentos indiscriminados del gasto corriente aumentando el déficit fiscal, congelamiento de precios por decreto, control de cambio de divisas (que generó un mercado negro del dólar), devaluación de la moneda nacional (todos querían los verdes billetes), moratoria en el pago del servicio de la deuda externa, etc
Por otra parte, persisten las comparaciones con la década de los 80 rememorando un trauma colectivo que vuelve a la retina de quienes lo sufrieron en el pasado: la hiperinflación. En aquel entonces no se tenía este tipo de programas de política económica, se hacían aumentos indiscriminados del gasto corriente aumentando el déficit fiscal, congelamiento de precios por decreto, control de cambio de divisas (que generó un mercado negro del dólar), devaluación de la moneda nacional (todos querían los verdes billetes), moratoria en el pago del servicio de la deuda externa, etc
Ante la imposibilidad de
financiar el déficit con fuentes internas y mucho menos con externas (nadie te
presta si ya eres un deudor moroso), se acudió al BCB para que emita más dinero,
echando más leña al fuego.
Posteriormente, las “soluciones”
venían desde Washington, por parte de los organismos financieros como el Fondo
Monetario Internacional que condicionaban al país a implementar las recetas
“made in USA” y dejando la política económica en piloto automático.
Lastimosamente, para algunos
economistas aun persiste la idea de que aplicando al pie de la letra las
teorías de los manuales de macroeconomía anglosajones el país estaría muchísimo
mejor: ¡Nuestra realidad es diferente señores!
Hoy en día, las condiciones
económicas por las que atraviesa el país son totalmente distintas, mucho más
favorables y estables, verificables en los indicadores económicos con los que
se cuenta.
Por estas razones, es irresponsable manifestar que la estabilidad de precios se vería amenazada en un futuro cercano y más aun que fuera el mismo Estado que atente contra esta estabilidad económica.
No es correcto cifrar la
estabilidad de precios simplemente en una “independencia” que en los hechos
nunca existió. La estabilidad económica se logra mediante la articulación y
coordinación entre las instituciones involucradas y en última instancia depende
de la ampliación de la base productiva.
(*) Es economista
Publicado en Pagina Siete el 06/04/2012
Publicado en Pagina Siete el 06/04/2012
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