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viernes, 16 de agosto de 2013

¿El huevo o la gallina?



Por: José F. Siñani Cardenas
Una pregunta que tiene diferentes respuestas desde la perspectiva en la que se mire ¿qué fue primero, el huevo o la gallina? Unos dirán que la gallina porque de otra forma no existiría el huevo y claro sin huevo ¿cómo podría haber una gallina? Un problema de redundancia cíclica que no se puede resolver hasta que se adopte una posición puntual, decidir verlo desde una perspectiva genética, filosófica e incluso evolucionista o creacionista.

Si no se toma una posición firme y estudiada, la cuestión se transforma en un problema de especulaciones. Este dilema, puede ser llevado de manera análoga a muchas otras disciplinas es así que a raíz del discurso del Presidente del Estado se han lanzado comentarios que pretenden contribuir a este debate especulativo; si la actual gestión de gobierno hizo o no, un buen trabajo. ¿Fueron los precios favorables los que mejoraron la situación de los bolivianos o fueron las acciones del gobierno o viceversa? ¿Qué pasó primero, precios internacionales favorables o ingresos extraordinarios para el Estado? ¡Alto! Pongamos un poco de certidumbre al análisis.
Lo cierto y que toda la población debe conocer es que el Gobierno no se atribuye méritos ajenos, y de ninguna manera el contexto favorable de precios inició “gracias a la actual gestión gubernamental”, fueron los factores externos como el fuerte incremento de materias primas demandada por economías emergentes, los que provocaron el incremento en precios, ya a principios del nuevo milenio.

Con aquello claro, la pregunta pertinente que hay que hacer es ¿quién aprovechó el contexto de precios favorables?.

En el caso del gas, es muy distinto hacer referencia a los contratos suscritos antes de 2006 y los actualmente vigentes. Si antes se regalaba el gas rico en condensado a precios irrisorios, ahora, producto de la nacionalización y la renegociación de contratos, Bolivia vende gas a precios de petróleo.

En el caso de la minería, se aplicó una escala de alícuotas de regalías por tipo de mineral acorde a la evolución de cotizaciones y, a objeto de que el Estado capture mayores ingresos, se creó la alícuota adicional al Impuesto Sobre las Utilidades de las Empresas mineras que se aplica únicamente sobre cotizaciones altas, permitiendo capturar mayores ingresos producto de precios favorables.

Seguramente, si no se hubiera movido un dedo, el Estado tendría ingresos mayores al pasado, pero no extraordinarios como los que se obtuvieron en los últimos años; y los beneficiados son, no solamente el Estado en su nivel central sino principalmente las regiones.

¿El mérito? Haber aplicado políticas de captura de los excedentes económicos y redistribuirlos con criterio hacia sectores vulnerables de la sociedad, mayor inversión pública, incrementos salariales inversamente proporcionales, medidas que se reflejan en un crecimiento sostenido de la actividad económica y disminución de la pobreza. Un mérito reconocido inclusive por los organismos internacionales con una visión global muy distinta a la miope percepción de la realidad nacional de algunos comentaristas.

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