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lunes, 28 de julio de 2014

Inversión Extranjera Directa y desempleo


Por: Oswaldo Quelali 
Recientemente la Secretaria Ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), Alicia Bárcena, elogió el fuerte dinamismo de la economía boliviana y la importante llegada de Inversión Extranjera Directa (IED) al país durante el 2013. En contraste a lo mencionado, en una reciente publicación de Gary Antonio Rodríguez (Pagina Siete, 17/07/2014) se hizo referencia al Informe Anual sobre la Inversión Extranjera Directa de la CEPAL, sobre la cual advierte varias preocupaciones relacionados con el tema del flujo de la inversión externa en la economía boliviana.

Si bien la lectura del señor Rodríguez en base a datos del mencionado informe es sugestivo, el análisis es ampliamente incompleto. Al respecto, es preciso hacer ciertas puntualizaciones complementarias bajo el mismo informe de la CEPAL, que conlleven a certeras conclusiones sobre la evolución de la IED en el país.


Primero, el referido analista resalta que Bolivia se encuentra en el puesto 10 del “ranking regional” con el 1,1% de la IED total, pero omite el modesto avance respecto al 2006 cuando se captó el 0,8%. Sin embargo, lo anterior ocupa un segundo plano de importancia puesto que compara valores nominales de la IED entre países. Bajo esta línea sería incorrecto comparar a Bolivia con grandes países como Brasil ó los países del Alianza del Pacífico. Lo más adecuado es realizar una comparación en términos del tamaño de la economía, es decir, las entradas de IED como proporción del PIB.

Para Bolivia el índice de la IED ajustado por el tamaño de la economía refleja un sustancial crecimiento de 5,8% en 2006 a 14,4% en 2013; en Brasil de 2,1% a 5,5%; en Perú de 4,1% a 7,6%; en Chile de 5,7% a 11,8%; en Colombia de 4,3% a 7,9%; y en México de 2,3% a 3,7%, respectivamente. En estos términos el mencionado ranking cambiaría totalmente.

Segundo, es preciso puntualizar que no es una regla indispensable tener una economía con “fuerte orientación al mercado” para “agradar” a la inversión extranjera. Si así fuera ¿cómo se explica el crecimiento de 248% de la IED en Bolivia en el período 2006-2013?, variación que de lejos es superior a los de países de la Alianza del Pacífico (Perú con 193%, Chile con 173%, Colombia con 152%, y México con 85%).

Tercero, respecto al vínculo entre el empleo y la IED, la evidencia en América Latina y el Caribe refleja que el impacto de este tipo de inversiones por sí mismas no contribuye de manera automática en la creación de empleos. Bolivia cuenta con la experiencia del período de capitalización (1994) donde los efectos en el mercado de trabajo no fueron los esperados según lo prometido. En este contexto, sería un desacierto continuar con la lógica neoliberal de que la inversión externa es fuente sostenible de empleo.

Consecuentemente, se observa que la actual política económica en base a la dinámica de la demanda interna logró generar un fuerte impacto en el mercado laboral y por tanto disminuir la tasa de desempleo de 8,1% en 2005 a 3,2% en 2013, una de las tasas más bajas en América Latina y el Caribe.
http://www.paginasiete.bo/opinion/2014/7/28/inversion-extranjera-directa-desempleo-27837.html 

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