Por: Miguel Angel Marañon
Los astrólogos, videntes y otros que predicen el futuro tienen un buen negocio, porque a nosotros, los ciudadanos, nos interesa saber qué nos depararán los años venideros. Y por esta razón, por lo general estos señores pronostican buenos augurios.
Por otro lado, en nuestra sociedad tenemos profesionales del área económica que gustan realizar predicciones respecto al futuro de la economía nacional, y entre ellos, los conservadores auguran días negros, tomando como referencia el comportamiento internacional de los precios de las materias primas, la emisión monetaria, la adquisición de crédito y otras herramientas financieras de forma muy mecánica. Un mal chiste que circula en el rubro indica al respecto: “El 50% del trabajo de los economistas se destina en predecir el comportamiento de la economía en una sociedad, y el otro 50%, en justificar por qué no se cumplió lo que se predijo”.