Por: Mabel Cyndi Casanovas Suca
Es inevitable llegar a este mes y pasarlo como cualquier otro mes del año, sin antes no recordar y volver a vivir aquellos días que lamentablemente nuestro pueblo boliviano tuvo que pasar, aquellos días de Septiembre y Octubre de 2003, donde se perdió la vida de más de 60 hermanas y hermanos bolivianos.
Al recordar y volver a vivir aquellos días sé que los ojos de muchos compatriotas y en especial de aquellos que perdieron a sus seres queridos se empaña de lágrimas, y es imposible borrar de nuestras mentes cada uno de los episodios de tensión, desesperación e impotencia acontecidos, y no es para menos, porque la denominada “Guerra del Gas” ha dejado huellas en la historia.
Días como los presentes, hace 12 años atrás, fueron días de total hostilidad y opresión, en los cuales no podíamos salir de nuestros hogares por el temor de que la bala de algún fusil pudiera atravesarnos, el hecho de ver las noticias y solo observar el caos que se iba incrementado en varias regiones de nuestro país que al ver a sus hermanos combatir se unían en apoyo, escuchar en los medios radiales el grito desesperado de muchas personas que relataban las muertes, los abusos, y que pedían la renuncia del entonces Presidente de la República, por otra parte se vivía el desabastecimiento de los alimentos en los mercados, y en consecuencia un país paralizado por la falta de combustible y seguridad, pero lo más lamentable, la muerte trágica que acaecía en muchos hermanos y hermanas quienes fueron víctimas del autoritarismo de un Presidente que prefería aquel escenario antes que renunciar y dejar su cargo en manos de alguien que tuviera compasión, y atendiera las quejas de su pueblo.
Es importante destacar el papel protagónico que tuvo la población de paceños y alteños como defensores del gas, quienes no dudaron en defender los recursos de la Patria a cambio de sus propias vidas, mérito por el cual los que hemos subsistido, actualmente podemos gozar de los beneficios, tras todo aquel escenario vivido, finalmente este episodio de la historia se desata entre urnas, en las cuales se vio que el pueblo, como soberano se manifestó y con sus acciones ha tomado una decisión; lo que se buscaba era cambiar la filosofía ideológica y principalmente económica que vivíamos hasta aquel entonces, razón por la cual se nos conocía internacionalmente y aún en las escuelas se enseñaba que nuestro país era pobre e incapaz categorizándolo tradicionalmente como subdesarrollado.
Es de conocimiento general, que un cambio económico que permita el crecimiento en cualquier nación o Estado tomará muchos años en ser instaurado, sin embargo al presente Bolivia se encuentra con diferentes perspectivas económicas y sociales de lo que se veía hace 12 años.
Tras los años que transcurrieron y después del luto sucedido que aún pervive en el corazón de aquellos que perdieron a su amigo, su hermano, su padre, madre, hijo, a cambio hoy vivimos en una Bolivia diferente.
Todavía me pregunto qué hubiera ocurrido si nuestra población no se unía y levantaba para luchar por este recurso natural tan importante como es el gas y para que el mismo, siendo de nuestra propiedad primero beneficie a los bolivianos, qué nos sobrevenía si permitíamos que aquel gobierno permanezca hasta la actualidad; pienso que nuestro máximo alcance serian buenas relaciones internacionales con los Estados del Norte. Sin embargo en la actualidad como una boliviana más, puedo observar una Bolivia que ha progresado, que es la principal beneficiada del producto de muchos de sus recursos, es evidente las ganancias de la venta de nuestros recursos naturales traducidos en beneficios para las madres, niños y familias en general, hoy puedo ver que el valor del boliviano se ha incrementado, que en las escuelas, colegios, universidades se valora más y se enseña con orgullo el origen de nuestras raíces, puedo ver que aún esa falacia de “mar por gas” que se nos ofrecía el año 2003 ya no es necesaria, sino que la estabilidad de un gobierno ha permitido que el actual Presidente pueda encarar la demanda marítima y continuarla hasta alcanzar su consideración ante los estrados de la Corte Internacional de Justicia de la Haya, que aunque como muchos de manera pesimista proliferan que no hemos ganado nada debido a que aún no se tiene un resultado en concreto, sin embargo con hechos nos ha permitido recobrar la esperanza de lograr ser nuevamente los propietarios de las costas del Pacifico que nos fue arrebatado tras una guerra injusta el siglo XIX.
Ahora bien en este mes, me uno al luto de las bolivianas y bolivianos que perdieron a sus seres queridos, pero también me siento orgullosa de ser parte de esta tierra, y agradezco a mis antecesores, grandes guerreros por los cuales podemos vivir esa Bolivia diferente, esa Bolivia que avanza y es reconocida no por lo que digan los extranjeros, si no por lo que nosotros mismos con nuestro avance y sostenibilidad independiente demostramos a los países del extranjero, por eso me animo a decir a este pueblo, gracias por tu lucha hoy puedo permanecer y vivir con dignidad en mi tierra Bolivia.
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