Por: Omar A. Yujra Santos
En las últimas semanas algunos comentaristas comenzaron a vaticinar de manera irresponsable, que la economía boliviana está en vilo porque los precios de los principales commodities presentaron una caída, con una clara intención de generar expectativas negativas.
Aunque nuestros pretéritos opinadores se esfuerzan especulando sobre lo mal que le irá a la economía, se equivocan, puesto que sus comentarios carecen de rigurosidad académica, ya que la realidad muestra que pese a la crisis internacional que vive el mundo desde el 2008, Bolivia es actualmente una de las economías más pujantes de la región.
En las últimas semanas algunos comentaristas comenzaron a vaticinar de manera irresponsable, que la economía boliviana está en vilo porque los precios de los principales commodities presentaron una caída, con una clara intención de generar expectativas negativas.
Aunque nuestros pretéritos opinadores se esfuerzan especulando sobre lo mal que le irá a la economía, se equivocan, puesto que sus comentarios carecen de rigurosidad académica, ya que la realidad muestra que pese a la crisis internacional que vive el mundo desde el 2008, Bolivia es actualmente una de las economías más pujantes de la región.
Según pronósticos de los señores Parada, Vacaflor, Doria Medina y otros, con la disminución de precios Bolivia estaría en problemas, porque afectaría drásticamente los ingresos del Estado. Su pésimo análisis omite que el mercado internacional en los últimos años viene presentando caídas significativas de los precios de hidrocarburos y minerales, y aun así continuamos creciendo.
En 2008 año en que se desata la crisis internacional, el precio del barril de petróleo WTI (West Texas Intermediate, por sus siglas en inglés, principal referente para el cálculo del precio del gas natural) se desplomó de $us145 a $us30 y la economía obtuvo después de varias décadas un crecimiento mayor al 6%. De igual manera en 2009 el precio promediaba $us62, en contraste ese año donde la mayoría de los países de la región obtuvieron tasas negativas de crecimiento, Bolivia continuó por una senda sostenida y obtuvo el primer lugar de la región.
En 2010 los precios cayeron de $us86 a $us65, en 2011 descendieron de $us113 a $us75, en 2012 de $us109 a $us78, y el año pasado la brecha estaba entre $us111 y $us87, pese a eso la economía nuevamente se situó entre los primeros lugares de la región con 6,8% de crecimiento.
En el caso de los minerales pasa algo similar. El precio de la plata descendió de $us48 a $us27 la Onza Troy (OT), en 2012 de $us37 a $us26, en 2013 de $us32 a $us18 OT. El Estaño de $us15 a $us8 la Libra Fina en 2011, de $us12 a $us8 en 2012 y de $us11 a $us8 la gestión pasada. Algo parecido pasó con el Oro, Zinc, Plomo y Cobre.
Con todas estas fluctuaciones de precios y embates de la crisis mundial, la economía nacional pudo sopesarlos en función a la aplicación de un modelo cuya base se concentra en la demanda interna. Entre 2006 y 2013 la economía creció 5% en promedio, mientras que los países de América Latina y El Caribe se expandieron en torno al 3,8% y peor aún la economía mundial 3,6%.
Una señal importante de la continuidad del crecimiento se refleja en las proyecciones del Presupuesto General del Estado 2015, donde se muestra que Bolivia nuevamente estará entre las economías con mayor performance (5,9%), para esto contempla una inversión de más de $us6.179 millones, 37% mayor a lo programado este año, además de otras políticas que contribuyen al dinamismo interno. Mejor aún, las perspectivas son más alentadoras en el mediano plazo por los proyectos de industrialización que se están desarrollando y que generarán nuevos recursos para el país.
El análisis mesurado muestra que no es nada nuevo el enfrentamiento que hace Bolivia a los vaivenes de los precios de materias primas, en contraposición la economía ha crecido de manera sostenida y continua con perspectivas alentadoras para los siguientes años, desechando per se la hipótesis de que el crecimiento se basa únicamente en los precios.
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