Por: Octavio Machicao
En las últimas semanas, algunos analistas y revistas económicas vienen opinando sobre el nivel de deuda pública de Bolivia, señalando entre otras cosas que el saldo actual de la deuda pública total (interna y externa) es la más alta de los últimos diez años, pese a la condonación de los organismos internacionales, y que debería haberse acudido a organismos internacionales tradicionales como la CAF y el BID en vez de la emisión de bonos soberanos, además mencionaron que cada boliviano adeudaría cerca a 1.000 dólares.
El error de estas afirmaciones es que se omiten algunas precisiones conceptuales y técnicas que se deben considerar al momento de analizar adecuadamente la capacidad de endeudamiento de una economía.
En las últimas semanas, algunos analistas y revistas económicas vienen opinando sobre el nivel de deuda pública de Bolivia, señalando entre otras cosas que el saldo actual de la deuda pública total (interna y externa) es la más alta de los últimos diez años, pese a la condonación de los organismos internacionales, y que debería haberse acudido a organismos internacionales tradicionales como la CAF y el BID en vez de la emisión de bonos soberanos, además mencionaron que cada boliviano adeudaría cerca a 1.000 dólares.
El error de estas afirmaciones es que se omiten algunas precisiones conceptuales y técnicas que se deben considerar al momento de analizar adecuadamente la capacidad de endeudamiento de una economía.
Un error que no debemos dejar pasar desapercibido, es la comparación de la deuda por persona sin tomar en cuenta el ingreso de cada boliviano, que es la manera adecuada para comparar el monto adeudado por cada ciudadano.