Por: Judith Apaza
Hay quien dice que la indiferencia mata pues no hay mejor venganza que el olvido. Yo no estoy de acuerdo, por lo menos nunca he escuchado que alguien haya muerto de indiferencia, de tristeza tal vez, pero ¿de indiferencia?
Cada día, frente a nuestros ojos vemos pasar un cúmulo de gente que circula a nuestro lado, que comparte los mismos aires, los mismos tramos, a veces los mismos problemas, pero aun así somos indiferentes a lo que ellos puedan necesitar o sentir.
Vivimos en un mundo cercano a todos los rincones del planeta, gracias a la tecnología, pero alejado de aquellos que están alrededor nuestro. Cada día, frente a nuestros ojos vemos pasar un cúmulo de gente que circula a nuestro lado, que comparte los mismos aires, los mismos tramos, a veces los mismos problemas, pero aun así somos indiferentes a lo que ellos puedan necesitar o sentir.
En este contexto, me pregunto cuál es la incidencia de la estructura social respecto a la percepción del otro y el bienestar común ¿Cuál es el rol de la clase media en el proceso social que enfrenta Bolivia?
La estructura del nivel de ingresos comúnmente ligada a las “clases sociales”, ha tenido un comportamiento interesante en nuestro país a lo largo de los últimos años. Escuchamos de estadísticas sociales y económicas que los niveles de extrema pobreza han disminuido considerablemente (de 38 a 21por ciento entre 2006 y 2012 de acuerdo a los datos contenidos en la Memoria Fiscal de la Economía Boliviana 2012 presentada por el MEFP).
Si hay menos pobreza ¿dónde se encuentra el 17 por ciento que ha subido de nivel de ingresos? La respuesta resulta casi obvia y la OIT lo refleja de manera contundente en la presentación del Informe sobre el Trabajo en el Mundo 2013: “Reparando el tejido económico y social”, evento en el cual el pasado lunes 3 de junio un representante de esta Organización aseveró que el desarrollo de los países de América Latina se ha incrementado gracias al fortalecimiento de la clase media, una medida favorable, pues fomenta la demanda interna y genera un crecimiento económico. Sin embargo, a nivel sociológico ¿Cuáles son los cambios que implica esta nueva estructura societaria?
Por definición, hemos aprendido que la clase media queda en un ambiente no necesariamente favorable a nivel político, concibiendo barreras respecto a otros grupos sociales, de los cuales no forma parte pero acoge y rechaza a la vez, ya lo decía bien Mario Benedetti en su Poema a la Clase Media: “Desde el medio/mira medio mal/a los negritos/a los ricos/a los sabios/a los locos/a los pobres.” Hay quien diría que la clase media no se preocupa más que por una cosa: la clase media.
En ese ensimismamiento, quizás esta nueva estructura, pueda llevarnos a una “indiferencia” de las necesidades de los menos favorecidos económicamente, pues aquellos que ya se encuentran cómodamente posicionados, han dejado de sentir carencias y se habrían vuelto insensibles al dolor ajeno, por ende ahora viven felices en el medio de la nada, o en medio de todo.
Y a todo esto, tal vez debamos preguntarnos ¿De qué lado estará la clase media? ¿Del lado de los pobres? ¿De los ricos? ¿Del Gobierno? ¿De la oposición? ¿De ambos? ¿O ninguna de las anteriores?
Yo sólo sé que es necesario tomar conciencia de la nueva estructura, Bolivia no es la misma: debemos decidir de qué lado nos encontramos. Esta indiferencia latente es posible que no mate a nadie, pero sí puede matar ilusiones y nuestro sentido de humanidad.
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