Por: Mauricio Guzmán
En las últimas semanas se ha difundido bastante información sobre lo que se denomina la presión tributaria que, de acuerdo con algunos comentaristas, en Bolivia se estaría viviendo un “infierno tributario”. Al respecto, me permito realizar algunas precisiones en el ánimo de aportar de manera constructiva al debate en este árido sector como es el tributario.
Considero que la crítica dirigida a la administración tributaria, en este caso al Servicio de Impuestos Nacionales, no es correcta e induce a la concepción de que la actuación de la institución esté vulnerando manifiestamente los derechos de los ciudadanos, cuando es conocido que la normativa tributaria aplicada cuenta con más de una década de vigencia y que la misma fue diseñada considerando, justamente, los principios que son citados en el artículo de referencia, los impuestos son aplicados a todos los obligados, no existen diferenciaciones en las alícuotas salvo en casos excepcionales y justificados por hechos económicos específicos, y cada tributo se aplica sobre conceptos únicos que están determinados por la misma normativa.