Por: Oswaldo Quelali
Surge una nueva cuestionante respecto al desempeño de la economía nacional. ¿Cómo es posible que la actividad económica del país haya crecido en 2015 en torno al 5% si las exportaciones cayeron cerca al 30%? Entre muchos, el señor Augusto Vargas predijo (Pagina Siete, 29/11/2014) que si las exportaciones de gas disminuían en 25%, el PIB iba a descender en 20% es decir, que en 2015, 4,2%. En otro artículo publicado en el mismo matutino (17/01/2016), Vargas realiza un análisis comparativo entre las cifras del Índice Global de la Actividad Económica (IGAE) a agosto de 2015 y la balanza comercial, llegando a concluir que el desenvolvimiento del sector de minería, hidrocarburos y el componente de impuestos “son extraños”. Veamos cómo se explica estas supuestas extrañezas.
Antes habría que aclarar que el IGAE es un indicador mensual de la evolución de la actividad económica y se expresa mediante un índice de volumen físico, es decir, en términos reales. Mientras que la balanza comercial registra las exportaciones e importaciones de bienes en términos nominales, a precios corrientes. Por tanto, los desempeños sectoriales no son comparables directamente entre ambos indicadores si no es a través de un deflactor. He aquí el origen de las incomprensiones.