Por: Steve Mendoza Fernandez
Sólo en un país como este, en el que parecería que todo está patas arriba y en el que algunos no entienden y otros entienden, pero “se hacen”, es frecuente escuchar en sus insensatas alocuciones, que la causa para la falta de inversión del sector privado en la economía nacional se debe “al incremento de los costos de producción y distribución”, ósea en facilito, los “incrementos salariales” que establece el Gobierno, no dejan al empresario hacer empresa.
Sin embargo de ello habría que aclarar que la paranoica idea de plantear la falta de inversión privada en base al incremento salarial es, según mi humilde opinión, un harakiri en el sentido más literal que pueda significar esta palabra.
La absurda idea hace denotar una desmedida avaricia y una desmesurada tacañería de quienes adoptan dicho planteamiento, ya que dentro de sus miopes conceptos se empecinan en impedir que los salarios suban o se paguen los dobles aguinaldos, porque según ellos, sólo de ese modo aumentarían la competitividad del país y se saldría del subdesarrollo.