Por: Yohasir Machaca Corominola
Los fenómenos naturales y las inundaciones afectan a nuestro país y preocupan a todos los bolivianos, por lo que varias personas asocian esta situación con expectativas de un incremento de precios en los productos de primera necesidad.
En este contexto es importante examinar la realidad del Índice de Precios al Consumidor (IPC), el cual es un indicador que mide el comportamiento de los precios de un conjunto de bienes y servicios representativos del gasto familiar.
El IPC registra una variación al mes de enero de la presente gestión de 0,26%, producto del incremento de los precios de la zanahoria, el almuerzo fuera del hogar y de las pensiones en las unidades educativas primaria y secundaria, de acuerdo con el reporte del Instituto Nacional de Estadística; por el contrario, los productos como la papa y el tomate, en enero, presentaron una disminución en sus precios.
También se debe tomar en cuenta que el IPC, registrado en enero de 2014 (0,26%), es menor a similar periodo de 2013 (0,66%). Para la presente gestión el Gobierno estimó una inflación de 5,5% y, de acuerdo con la declaración del ministro del ámbito económico en medios de comunicación, se está trabajando para que la inflación sea menor a dicha proyección.
Por otro lado, al realizar una comparación del IPC de nuestros países vecinos, a enero del año en curso, excluyendo a Argentina y Venezuela por su alta inflación, se observa en orden descendente: Uruguay (2,4%), Paraguay (1,40%), Brasil (0,63%), Colombia (0,49%), Perú (0,32%) y Chile (0,20%). Todos generan un promedio de IPC de 0,93% y con este panorama se muestra que Bolivia (0,26%) se encuentra por debajo de la inflación de la región.
De acuerdo con la declaración del viceministro de Desarrollo Rural, los fenómenos naturales y las inundaciones afectaron sólo al 1% de la producción agrícola y ganadera en la presente gestión; por lo expuesto, no hay razones para un incremento de precios de productos en la canasta familiar.
Además, las políticas públicas del actual Gobierno para el control de la inflación, como los incentivos a los productores de bienes de primera necesidad (maíz, trigo, arroz y soya), a través de financiamientos sin interés y el Fondo Pro Leche, incrementan la oferta de alimentos.
Los acuerdos entre el Gobierno y los proveedores de pan, azúcar y leche ayudan a estabilizar los precios de los mencionados productos, así como la subvención a los carburantes (diésel oil, gasolina y GLP), que genera tarifas estables en el transporte público y contribuye a que los precios en la economía no se incrementen sustancialmente.
Por lo expuesto, el comportamiento de los precios para la presente gestión es y se mantendrá estable, lo cual permitirá a los hogares mantener su consumo habitual de artículos de la canasta familiar y desenvolver sus actividades cotidianas, facilitándoles el ahorro, para que luego puedan invertir y coadyuven así en el crecimiento y desarrollo económico de nuestro país.
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