Traductor

miércoles, 25 de junio de 2014

Buena economía, mejor tecnología

Por: Steve G. Mendoza Fernández
Sociólogos como Lewis H. Morgan y Gerhard Lenski manifiestan que un factor determinante para el progreso de las sociedades es el desarrollo tecnológico, siendo el debate actual de los teóricos la determinación de la medida en que este desarrollo influye en la configuración de los Estados desarrollados y la transformación de los Estados en desarrollo.

Es, pues, el segundo aspecto del debate el que nos interesa, ya que con el lanzamiento del satélite Túpac Katari, Bolivia marcó el comienzo de una profunda transformación como Estado, ingresando de un día para el otro dentro de la era espacial. Esta transformación, en un país que hace pocos años era catalogado como falto de tecnología, era completamente impensada e inconcebible, por lo que deberíamos cuestionarnos, ¿cómo fue esto posible?

Deben existir varias respuestas a esta cuestión, pero, según mi humilde opinión, creo que esta transformación se debe en gran medida a una adecuada administración económica, que tiene como base fundamental al modelo económico social comunitario productivo. La actual política económica orientada de manera adecuada desde el modelo económico social comunitario productivo establece la existencia de dos grandes sectores para el desarrollo: los sectores generadores de excedentes y los sectores generadores de empleo.

En este contexto, el razonamiento es sencillo, ya que son los sectores estratégicos generadores de excedentes (hidrocarburos, energía, medio ambiente, minería) los que posibilitaron la transferencia de recursos para la generación de fuentes de ingreso alternativos, servicios de valor agregado, desarrollo de producción no tradicional, generación empleo y desarrollo de tecnología.

En este sentido, es el adecuado manejo de la economía lo que nos posibilita hoy invertir en proyectos productivos y tecnológicos, que —desde una perspectiva de largo plazo— buscan quitar el protagonismo al desarrollo económico a través de la explotación de los recursos naturales y buscar alternativas de desarrollo que además de generar recursos desarrollen tecnología.

Para dar otros ejemplos de este cambio no solo está el satélite. En la gestión 2013, gracias a la gestión del Gobierno nacional, se creó la empresa ensambladora de computadoras Quipus, que además de generar una forma no tradicional de ingreso para el Estado, busca desarrollar know-how (saber hacer en Bolivia) e incentivar al sector educacional con el uso de las nuevas tecnologías. Asimismo, están las plantas industriales de carbonato de litio y cloruro de potasio y la planta de urea y amoniaco, que buscan desarrollar no solo la tecnología en el país, sino generar productos con valor agregado para uso interno y posterior exportación, permitiendo a Bolivia ingresar a la era de la industrialización tecnológica.

Éstas son claras señales que la política tecnológica dentro del componente de la industrialización perfila al país a días mejores en materia de ingresos y educación.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Por favor, ingrese sus comentarios sobre el artículo aquí: