Traductor

lunes, 27 de febrero de 2017

A propósito de infiernos tributarios

Por: Mauricio Guzmán
En las últimas semanas se ha difundido bastante información sobre lo que se denomina la presión tributaria que, de acuerdo con algunos comentaristas, en Bolivia se estaría viviendo un “infierno tributario”. Al respecto, me permito realizar algunas precisiones en el ánimo de aportar de manera constructiva al debate en este árido sector como es el tributario.

Considero que la crítica dirigida a la administración tributaria, en este caso al Servicio de Impuestos Nacionales, no es correcta e induce a la concepción de que la actuación de la institución esté vulnerando manifiestamente los derechos de los ciudadanos, cuando es conocido que la normativa tributaria aplicada cuenta con más de una década de vigencia y que la misma fue diseñada considerando, justamente, los principios que son citados en el artículo de referencia, los impuestos son aplicados a todos los obligados, no existen diferenciaciones en las alícuotas salvo en casos excepcionales y justificados por hechos económicos específicos, y cada tributo se aplica sobre conceptos únicos que están determinados por la misma normativa.

sábado, 25 de febrero de 2017

La banca y su laberinto

Por: Donald M. Mamani Flores

Referirse a la banca en general, es hablar de un laberinto de asimetrías de información. No obstante, en estas cuantas líneas se intentará mostrar algunos puntos en contraste con opiniones difundidas sobre este tema en días pasados en los que se identifican aspectos que no pasan desapercibidos, como: la crisis financiera, confianza y transparencia, subsistencia de la banca, bolivianización artificial y tributos adicionales a la banca.

Pasaron más de ocho años desde la quiebra del Banco Lehman Brothers, la que desató una hecatombe económica global, produciendo la mayor crisis financiera de los últimos tiempos. Esta crisis reveló el lado oscuro del laissez faire - laissez passer, provocando efectos nocivos para la economía mundial por la falta de regulación y control de las libertades del mercado financiero. En este escenario, los acuerdos de Basilea I y II resultaron ser un fracaso para establecer mecanismos financieros macroprudenciales, siendo el Basilea III la esperanza para mejorar el control de las instituciones financieras, a fin de desarrollar un sistema financiero más estable en el largo plazo, a pesar de un siguiente Basilea IV.

miércoles, 22 de febrero de 2017

¿Un déficit fiscal saludable?

Por: Samuel Alarcón Gambarte

Los economistas tenemos la férrea costumbre de responder a toda pregunta con una sola respuesta: “Depende”, y este caso no es la excepción. Cabe recordar que no es correcto calificar los déficits fiscales como algo “bueno” o “malo” porque solo reflejan un registro contable, sin embargo, los economistas aprendimos que no todo superávit fiscal es algo saludable así como no todo déficit implica necesariamente un síntoma negativo para una economía. En este sentido, que un déficit fiscal sea saludable o no depende principalmente de tres determinantes: las causas, las fuentes de financiamiento y su persistencia en el mediano y largo plazo.

Desde el punto de vista de las causas, los déficits no saludables ocurren cuando el Gobierno incrementa el gasto corriente por encima de los ingresos. Por otro lado, los déficits saludables surgen cuando se incrementa el gasto de capital y si se administra con prudencia estas nuevas inversiones generarían un aumento en los ingresos en el futuro provocando un potencial superávit.

domingo, 19 de febrero de 2017

Los Trumps latinoamericanos

Por: Miguel Marañon
Hace más de un año se daba la victoria de Macri en la hermana República de Argentina, (que por cierto fue muy celebrada en el país por políticos que brincaban de alegría indicando que era el principio del fin de los gobiernos progresistas de Latinoamérica), reemplazaba en el gobierno a Cristina Fernández de Kirchner, un Gobierno que implementó políticas económicas que beneficiaron a la clase desposeída de ese país, con la oposición de los sectores más conservadores.

Con el pasar del tiempo Macri desbarata la política económica kirchnerista para volver aplicar un “liberalismo económico”, empezó reconociendo la deuda de fondos buitres (descapitalizando las arcas argentinas), liberó a la oferta y demanda el tipo de cambio, retiró el subsidio de los servicios básicos destinados a los jubilados y familias pobres (incrementándose cerca del 400%), el costo del transporte subió estrepitosamente, la tasa de desempleo volvió a records históricos, los capitales extranjeros tan esperados hasta la fecha no llegaron.