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jueves, 5 de mayo de 2016

La dependencia no promueve la dignidad

Por: Pamela Tarifa Z.
En días anteriores llamó mi atención un artículo de Gonzalo Chávez titulado “Los condenados de la Tierra”, publicado en este diario, en el cual se refiere a las personas con discapacidad haciendo alusión a la falta de acuerdo entre una parte de este sector,que se encuentra movilizada exigiendo un bono mensual de 500 bolivianos, y el Gobierno Nacional.

Para empezar debe tomarse en cuenta que se pide un incremento del 500% al monto que actualmente se destina a esta causa. Recordemos que a partir de la gestión 2012, las personas con discapacidad (grave y muy grave) reciben un bono anual de 1.000 bolivianos. Cabe destacar que esta medida se implementó a expensas de los recursos que anteriormente se otorgaban a los partidos políticos para que éstos puedan financiar sus campañas.

Chávez menciona una serie de fuentes para financiar la demanda de las personas con discapacidad (cuyo costo es de Bs 600 millones por año). Las mismas no cuentan con una mínima fundamentación lógica, estadística ni legal, toda vez que se manejan datos sesgados que no brindan un panorama completo de la realidad.

Se propone por ejemplo la reducción de gastos en la propaganda que difunde el Ministerio de Comunicación. Esta propuesta es particularmente interesante puesto que resulta idealista pensar que podría destinarse recursos que se usan de manera circunstancial y que obedecen a etapas de gestión, para financiar un bono que lógicamente debe ser sostenible (no olvidemos que una vez implantado el bono, éste se constituiría en un derecho adquirido, que no puede ser revertido), tomando en cuenta que el crecimiento vegetativo de este grupo poblacional ha sido considerable en estos últimos años. En buen romance, el gasto por publicidad puede reducirse en cualquier momento, una renta no. Los economistas los llaman “gastos pegajosos”, una vez que los implantas no los puedes revertir. Lo cual puede generar a la larga, problemas fiscales pavorosos.

Lo mismo ocurre con la propuesta de detener la construcción de obras de infraestructura para financiar el bono. Pretender trasladar los recursos que usas una vez (el costo de la construcción del palacio no es un gasto recurrente), para financiar un bono que debe sostenerse indefinidamente en el tiempo.

Por otra parte, el autor propone el no pago de sueldos y salarios a determinadas personas que trabajan en el sector público, constituyéndose esta propuesta en una vulneración a derechos establecidos en la Constitución Política del Estado. Todo trabajo debe ser remunerado.

La propuesta más temeraria es destinar parte de los recursos de Inversión Pública para financiar Gasto Corriente. No es preciso ser estudioso en economía para entender que esta afirmación contradice criterios básicos sobre la correcta administración de una economía. Para crecer se debe invertir, no hacerlo con el fin de ganar aplausos en el corto plazo no es el camino más aconsejable.

Las personas con discapacidad merecen vivir con dignidad, sin embargo el asistencialismo propuesto, crea una clara situación de dependencia, que en ningún momento promueve la dignidad.

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