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viernes, 29 de enero de 2016

Una extraña economía

Por: Oswaldo Quelali
Surge una nueva cuestionante respecto al desempeño de la economía nacional. ¿Cómo es posible que la actividad económica del país haya crecido en 2015 en torno al 5% si las exportaciones cayeron cerca al 30%? Entre muchos, el señor Augusto Vargas predijo (Pagina Siete, 29/11/2014) que si las exportaciones de gas disminuían en 25%, el PIB iba a descender en 20% es decir, que en 2015, 4,2%. En otro artículo publicado en el mismo matutino (17/01/2016), Vargas realiza un análisis comparativo entre las cifras del Índice Global de la Actividad Económica (IGAE) a agosto de 2015 y la balanza comercial, llegando a concluir que el desenvolvimiento del sector de minería, hidrocarburos y el componente de impuestos “son extraños”. Veamos cómo se explica estas supuestas extrañezas. 

Antes habría que aclarar que el IGAE es un indicador mensual de la evolución de la actividad económica y se expresa mediante un índice de volumen físico, es decir, en términos reales. Mientras que la balanza comercial registra las exportaciones e importaciones de bienes en términos nominales, a precios corrientes. Por tanto, los desempeños sectoriales no son comparables directamente entre ambos indicadores si no es a través de un deflactor. He aquí el origen de las incomprensiones.

El señor Vargas menciona que “la minería esté creciendo a un ritmo de 1,64% a pesar de las caídas importantes en el valor de la producción del oro y la plata y del resto de los minerales en menor proporción”. Al respecto, según la balanza comercial a agosto de 2015, el valor de las exportaciones mineras disminuyó en 10% en relación al mismo periodo de 2014, afectado básicamente por la baja de los precios internacionales. Sin embargo, el volumen exportado de minerales aumentó en 2%. Es decir que en términos reales (de volumen) el sector minero no ha disminuido su producción, pese a la baja de los precios. Razón por la cual no es extraño que la minería refleje en el IGAE un crecimiento del 1,64%.

La misma analogía es válida para el sector de hidrocarburos. Si bien el valor de las exportaciones disminuyó en 36% durante el periodo mencionado, el volumen exportado solo se redujo en 2%, debido a que el sector ha continuado una producción constante frente a los compromisos de exportación de gas con Brasil y Argentina. Por lo tanto, no es raro que este sector en el índice IGAE registre una leve contracción del 0,43%, y no la caída del 20% como esperaría el referido autor. 

Respecto a los impuestos, tampoco resulta extraño observar un crecimiento de cerca del 7% en el IGAE, porque si bien existe una disminución en las recaudaciones hidrocarburíferas, el resto de los impuestos del mercado interno alcanzó un crecimiento del 5%, desmintiendo el argumento de estancamiento en las recaudaciones. 

En conclusión, el desempeño de la actividad económica se mide en términos de volúmenes físicos, mientras que las exportaciones, en valores nominales influidos por el efecto precio. Si el señor Vargas hubiera advertido de la diferencia conceptual entre variables reales y nominales comprendería que no es tan “extraño” el mundo de la economía.

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