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jueves, 8 de enero de 2015

Observando el precio del petróleo


Por: Marcelo Laura 
Una combinación de varios factores ha impulsado el desenvolvimiento errático del precio del petróleo West Texas Intermediate (WTI) desde mediados de 2014, que ha pasado de un máximo de $us 107 por barril a mediados de junio a menos de $us 50 por barril al cierre del 6 de enero de 2015. Por ello, vale la pena repasar las causas de esta caída.

Por un lado, la demanda global de crudo ha sido débil, y la oferta se ha incrementado por el incesante aumento de la producción de petróleo en EEUU en los campos que emplean la técnica de fracturación hidráulica, mientras que la OPEP mantiene sus niveles de producción en 30 millones de barriles al día (bbl), sin manifestar interés en reducir las cuotas de producción, alentados por Arabia Saudita, principal exportador del grupo.


La tecnología empleada en EEUU (fracking) debe su amplia difusión a los precios altos que mantuvo el WTI en pasadas gestiones. Sin embargo, cuando el precio del WTI cae por debajo de un cierto nivel de equilibrio —que según algunas investigaciones se encuentra entre $us 60 y 40— la actividad extractiva en estas obras se vuelve antieconómica.

De esta manera, Arabia Saudita parece estar empecinada en mantener los niveles de producción y empujar los precios a la baja, con el fin de obligar a los productores de EEUU a salir del mercado, afectando a su vez a países como Irán y Rusia; el primero, archirrival político-religioso de Arabia Saudita en la región; y el segundo, tampoco gran amigo de los saudíes, sobre todo por su apoyo militar a Siria.

Sin embargo, el precio también afecta a los miembros de la OPEP. Arabia Saudita está muy por debajo de su precio de equilibrio fiscal ($us 100 por bbl), y a pesar de tener suficientes reservas para atender sus compromisos presupuestarios en el corto plazo, de persistir estos niveles bajos por un tiempo prolongado, su situación económica puede comprometerse; de hecho, la presencia de déficits fiscales y recortes del gasto podrían traer malestar popular y avizorar un cambio de política en la OPEP para 2015.

¿Pero, cuál es el impacto que puede tener en las finanzas públicas del país en 2015? En primer lugar, el Presupuesto General del Estado (PGE) 2015 contempla un precio promedio del WTI de $us 80 por barril.

Además, los precios de exportación se fijan trimestralmente; por ejemplo para el caso de Brasil, los precios observados de carburantes entre agosto-septiembre de 2014 se emplean en el cálculo de los precios de exportación octubre-diciembre 2014, y son captados por el Estado en forma de IDH y regalías en enero-marzo 2015; para Argentina, la diferencia será en el primer paso, es decir se emplean los precios observados de abril a septiembre de 2014.

Es por ello que, dada la estructura de precios y el rezago en la transferencia de los ingresos por IDH y regalías, recién el impacto de continuar la tendencia actual se registrará en el segundo semestre de 2015. Esto significa que los recursos captados por IDH y regalías en 2015 serán inferiores a los observados en 2014, pero gracias a que en el primer semestre de ese año todavía se registraron precios superiores, aún será posible cumplir con los techos presupuestarios otorgados a las entidades territoriales, lo que significa que no existirá la necesidad de realizar ajustes en el PGE. Obviamente de persistir el patrón observado en diciembre de 2014, el escenario será muy diferente en 2016.

Una conclusión preliminar, y haciendo eco a diversos análisis en torno al pronóstico del precio del petróleo (Bloomberg, GS Forecast), éste puede rondar entre $us 70 y $us 80 en 2015, considerando que la oferta no puede sostener equilibrios fiscales fuera de este intervalo y que los riesgos de precios a la baja a corto plazo son más que compensados por el potencial alcista a largo plazo. 

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