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sábado, 30 de agosto de 2014

Qué hubiera pasado si…


Por: Oscar Machicado Mendoza
En el momento de pensar en algún hecho de nuestra vida que fue muy trascendental, muchas veces uno reflexiona de lo que hubiera pasado si la decisión tomada, o el destino tomado hubiera sido otro, que hubiera sido diferente para que no se diera un "final feliz”.

Podríamos ponernos a pensar cuán diferente hubiera sido nuestra realidad si no se hubiera elegido a Evo Morales como Presidente del país, en diciembre del año 2005; cómo nuestra realidad económica, por ejemplo, no hubiera tenido el presente prometedor que tiene en nuestros días.

Para comenzar, supongamos que hubiese ganado las elecciones el candidato que en ese entonces postulaba por la agrupación ciudadana Podemos, Jorge Quiroga. La administración del país no hubiera cambiado mucho.

De hecho, nunca hubiera existido una nacionalización y la generación de recursos por ventas del gas hubiera tenido una tendencia moderada al alza a lo largo de los años. Tomando en cuenta que entre 2005 y 2008 los precios internacionales de ciertas commodities, como el petróleo, gas natural, oro, plata, zinc, fueron subiendo de manera sostenida hasta que, con la crisis financiera, tuvieron una caída de precios "estrepitosa”, que hubiera disminuido la renta petrolera de manera bastante significativa.

En otras palabras: continuando con el modelo económico neoliberal de antes de 2005, con alta dependencia de los ingresos de los hidrocarburos y sin ningún vestigio de transformación importante en el área productiva, el país se hubiera encaminado a la catástrofe real, comparable con la crisis sufrida en la década de los años 80, cuando la caída de los precios de las commodities afectó a los países cuyos precios dependían de éstas.

A partir de una crisis como ésa, los indicadores económicos hubieran sido diferentes. Tranquilamente, la tasa de desempleo llegaría a ser superior que el 8,3% de 2005, ligado a un crecimiento negativo del PIB, como los que tuvieron nuestros vecinos en 2009. El déficit fiscal sería muy negativo, no existiría una política de endeudamiento público responsable, ya que la dependencia de recursos externos continuaría.

En términos de pobreza extrema, el 21,6% de 2005 se hubiera incrementado, ya que nunca se hubieran dado políticas de redistribución de riqueza, como las que se están dando. Esto ligado a una mayor desigualdad y a una mayor concentración del ingreso en pocas manos. En conclusión: tendríamos un país más pobre y menos soberano.

Basta con ver los resultados de ahora para convencerse de que tomamos el mejor camino en ese diciembre de 2005: elegimos a un presidente que conoce a su pueblo y que está rodeado de profesionales jóvenes y responsables, que tienen un compromiso social fuerte con su país.

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