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lunes, 17 de marzo de 2014

Rompiendo paradigmas: la regulación financiera


Por: Leoncio Gonzales Selaru
El Fondo Monetario Internacional (FMI) criticó la Ley de Servicios Financieros al decir que esta se orienta a subordinar las actividades del sector financiero a objetivos sociales, con instrumentos que podrían generar riesgos para la estabilidad financiera. Esta afirmación no sorprende, puesto que para este organismo internacional la banca privada debe buscar siempre beneficios para enriquecer a unos cuantos banqueros y no en el bienestar de la sociedad como tal.

Esta es una crítica alejada de la realidad boliviana, pues la mencionada Ley principalmente lo que hace es regular las tasas de interés que el banco le cobra al prestatario, entre 5,5% a 6,5% de interés para un crédito de vivienda social, entre otros aspectos no menos importantes.

Lo que no se acuerdan los señores del FMI es que antes del 2008 (año de inicio de la crisis internacional) el gobierno de los Estados Unidos permitió que se otorguen créditos en aquel país a personas que no tenían respaldo financiero, a pesar que se sabía que era difícil que devuelvan sus préstamos y que al no poder pagar sus deudas, desencadenaron lo que iba a ser la futura crisis financiera internacional. Todo esto en las propias narices del FMI, que a pesar de tener su sede en Estados Unidos (país que originó la crisis), no supo (o no quiso) alertar de los peligros que se podían avecinar.

Esto demuestra claramente que el FMI y sus funcionarios sufren lo que llamo “captura intelectual”, siguen un libreto preestablecido, convencional, además de la incapacidad de plantear soluciones alternativas y de poder decirles a los países que tienen un poder en la economía mundial que ellos también pueden ser vulnerables, más aun si los factores que desatan esas debilidades provienen de esos mismos países.

Medidas como las que innovó Bolivia en materia financiera, primero que obliga a los bancos a bajar las tasas de interés con el propósito de que gente que nunca pudo obtener una vivienda propia ahora sí pueda y por otro lado, busca redistribuir el ingreso, puesto que ahora los bancos al cobrar tasas más bajas para este tipo de créditos, tendrían menos utilidades por este concepto y la gente pagará menos por esos créditos.

Posiblemente estimado lector usted coincida conmigo cuando se dice que los bancos obtienen ganancias fácilmente solo por prestar plata y quien en realidad suda la camiseta para poder pagar ese crédito es la gente, que antes pagaba tasas de interés mucho más altas para enriquecer a unos cuantos.

En gobiernos anteriores al actual (y en casi todos los países del mundo) meterse con la banca privada era prácticamente un sacrilegio, era ir contra el paradigma tradicional de política económica, no obstante medidas financieras como la que adoptó nuestro país con la aprobación de la Ley de Servicios Financieros rompen justamente esos paradigmas de hacer política económica.

Lo que sí causó una crisis mundial fue la falta de regulación financiera en los países desarrollados, a vista y paciencia del FMI, porque estos países se creyeron invencibles e inmunes ante un contagio financiero. Medidas como la Ley de Servicios Financieros no son un riesgo para la estabilidad financiera de Bolivia (porque el sistema financiero sí está regulado), lo que hacen es romper paradigmas y cambiar chips mentales que organismos como el FMI no entienden hasta ahora. 

Publicado en Le monde Diplomatique, marzo de 2014

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