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sábado, 27 de abril de 2013

Universidad para la investigación

Por: Karina Moreno Sainz
La demanda del Comité Ejecutivo de la Universidad Boliviana (CEUB) respecto a la modificación del límite salarial por la ‘fuga de cerebros’, invita a evaluar el presupuesto universitario. Para este propósito se analiza una de las más prestigiosas casas de estudios superiores, la Universidad Mayor de San Andrés - UMSA, que alberga a más de 75.000 estudiantes.

Revisando la información del Presupuesto General del Estado (PGE), publicada en la página web del Ministerio de Economía y Finanzas Públicas, se advierte que en la gestión 2013, este centro de formación universitaria tiene un presupuesto de Bs. 1.160 millones, por encima de entidades como la Gobernación de Cochabamba o el Municipio de El Alto, situación que la ubica entre las 20 entidades públicas de mayor presupuesto y la primera con relación al resto de las universidades.

Analizando sus ingresos, el 53% de los recursos administrados por la UMSA (Bs. 620 millones) proviene de transferencias del Nivel Central, por Coparticipación Tributaria (5% de los impuestos nacionales), el Impuesto Directo a los Hidrocarburos y las subvenciones ordinarias del Tesoro General de la Nación, el 38% (Bs. 442 millones) lo constituyen los Saldos de Caja y Bancos y apenas el 7%, es decir Bs. 77 millones proviene de la venta de servicios, pago de derechos y otros que genera la propia entidad, constituyéndose en sus recursos propios.

Ahora bien, veamos donde se asignan estos importantes recursos: Bs. 516 millones, el equivalente al 83% de los recursos transferidos por el Nivel Central, son destinados a Servicios Personales, es decir al pago de sueldos, bono de antigüedad, aguinaldos, aportes al sistema de seguridad social, entre otros, para más de 3.200 docentes y cerca de 1.400 administrativos, lo que equivale a decir que por cada dos docentes existe un administrativo.

El segundo gasto de mayor importancia lo constituyen las deudas, Bs. 177 millones, de las cuales Bs. 155 MM están destinadas al pago de beneficios sociales; le sigue en importancia el recurso que se asigna a servicios no personales con Bs. 149 millones, que incluye los gastos de servicios básicos, transporte y seguros, servicios comerciales y profesionales, entre los más importantes; los activos reales tienen un presupuesto de Bs. 118 millones, de los cuales Bs. 64 millones se destinan a construcciones y Bs. 41 millones a maquinaria y equipo, entre los de mayor relevancia.

Con estos datos, no queda duda que el presupuesto asignado a salarios es el mayor, en desmedro de la infraestructura y equipamiento, por otro lado, se advierte una desproporción entre el personal docente y el administrativo; sin embargo, estos aspectos solo pueden solucionarse al interior de la universidad, no olvidemos que las mismas son autónomas para administrar sus recursos, nombrar sus autoridades, personal docente y administrativo, así como elaborar y aprobar sus estatutos, planes de estudio y presupuestos anuales.

La sociedad debe reflexionar. ¿No sería mejor asignar mayores recursos a programas y proyectos de investigación, cuyos encargados sean esos ‘cerebros’ a los que se refiere el CEUB, o será que como dice Andrés Oppenheimer, en su libro Basta de Historias: "Las grandes universidades latinoamericanas, blindadas contra la rendición de cuentas a sus respectivas sociedades, gracias a la autonomía institucional de la que gozan, muchas veces parecen estar a salvo de cualquier crítica, por más fundamentada que sea. ¿Son las vacas sagradas de América Latina? "


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